07/12/2024
07:21 AM

“Es duro ver a un niño mutilado por cohetes”: Guillermo Peña

Hace 25 años, el cirujano inició un programa de prevención sobre el uso de los cohetes y sus secuelas.

San Pedro Sula

Hace 25 años, el reconocido cirujano plástico Guillermo Peña Cabús inició una campaña junto con aliados importantes; entre ellos, Diario LA PRENSA, para prevenir las lesiones por el mal uso de la pólvora. Hoy confiesa que se ha creado conciencia y los casos son menos impactantes que antes, pero es necesario seguir creando conciencia con el programa.

¿Que lo motivó hace 25 años a iniciar con este programa de prevención?

Después de que terminé mis posgrados y regresé a Honduras encontré una situación de alto riesgo social a la cual no se le prestaba atención alguna, existía una tolerancia generalizada de la población al desconocer las consecuencias del mal uso de la pólvora. Mirábamos la cantidad de mutilaciones y quemaduras. No importa la experiencia que se tenga, es impactante para uno de cirujano ver un niño que el resto de su vida le harán falta dedos, las manos, genitales o partes de la cara. Ahí decidimos hacer la campaña y se logró cambiar muchos los hábitos dañinos.

¿El uso de los cohetes no es propio de Honduras y SPS?

No, está bien arraigado en América Latina. Nos gusta la pólvora, pero tenemos que tener una regulación para evitar el daño permanente; es decir, si yo pregunto a cualquier persona cuánto vale la mano de su hijo, es difícil, porque son cirugías costosas y cuando está amputado no se puede reconstruir. A ningún cirujano plástico le gusta hacer estas cirugías porque es una persona que socialmente queda con un problema.

¿Cuál es la historia que más lo ha marcado y que ha pasado por su quirófano?

Lo más impactante que he visto es la mirada de los padres y en muchos de ellos hay remordimiento por haber permitido que el hijo lo hiciera. Eso es más fuerte que ver sangre, huesos y lo demás, pues ya estamos acostumbrados, pero la mirada triste de una madre al ver que su hijo será un discapacitado por el resto de su vida y que él lo permitió, eso sí impacta, y eso motivó iniciar el programa hace 25 años.

¿Y en adultos?

He visto casos de adultos que tiran el cigarrillo y se quedan con el mortero en la mano, y deben saber que esos cohetes no son para celebrar y las festividades no deben terminar en el quirófano. Realmente tenemos que cambiar hábitos sociales de riesgo que nos den una oportunidad de tener una sociedad mejor. Nadie que tenga una mano discapacitada encontrará un trabajo apropiado, y entonces evitémoslo.

No solo se trata de quemaduras, ¿las mutilaciones son lo peor?

La quemadura es la consecuencia del incendio de la ropa, pero lo que hacen los cohetes de alto poder son mutilaciones. Los varones llevan los bolsillos cerca de sus genitales y no es nada agradable ver que queda mutilado el resto de la vida.

¿Ha tenido que hacer ese tipo de reconstrucciones?

A todos los cirujanos nos ha tocado. Antes llegaban a los hospitales Mario Rivas y Leonardo, era fuerte la cantidad de gente, pero se ha reducido considerablemente porque gradualmente se hizo algo muy bueno para la población y evitamos daños, aunque no completamente, porque sigue todavía el problema principal, que es el consumo de artefactos construidos de manera irresponsable, ya que la explotación de menores es grande en las coheterías.

Hay prohibiciones en la ley, pero siguen llegando niños afectados, ¿seremos demasiado permisivos al aplicar la ley?

Yo creo que no es problema de las autoridades, sino la sociedad en sí, con el a mí no me importa, yo creo que no pasa nada... Las prohibiciones en las ciudades mayores han dado resultado, pero los municipios aledaños no tienen prohibición.

¿Atender un quemado representa mucho gasto?

En general lo que se gasta es barato comparado con el valor de una mano. Estas cirugías son impresionantes, el costo es elevado porque hay muchos gastos que no se ven y los hospitales no tienen cirujanos reconstructivos.

¿Hay deficiencia en el sistema público para estos casos?

Por eso digo que esto no se trata de crear más hospitales, si no tenemos los recursos, pues el hospital no cura a nadie, pero deben existir programas para resolver estas situaciones, puesto que estos casos y los accidentes de motocicletas son causantes del desabastecimiento de hospitales.