Mario es un niño de 9 años, que vive en el bordo de río Bermejo en las colindancia con Villa Florencia y la colonia Andalucía.
En lugar de ir a la escuela, como debería de ser, es enviado por sus padres junto a otro grupo de niños a pedir a uno de los semáforos de avenida Junior.
“Mi mamá dice que debemos trabajar desde pequeños para que todos coman y que estudiar no nos sirve”, afirmó a este medio.
Mientras él realiza mendicidad o a veces limpia vidrios por unos lempiras, su madre se sienta en una mediana con su otro hijo recién nacido transportado una carreola desgastada y que desde ya está condenado a este mismo ciclo.
César Cárcamo, gerente de la Comisión de Acción Social Menonita (CASM) para el Valle de Sula, informó que según sus estimaciones hay 12 mil niños en la Capital Industrial que están siendo explotados laboralmente en las calles en diferentes trabajos, destacando entre los mismos, la mendicidad en semáforos, recogiendo basura en basureros clandestinos.
En estos lugares estos menores son vulnerables, expuestos a toda clase de situaciones que vulneran sus derechos humanos. Son considerados niños a los menores de 17 años, pero el experto afirmó que preocupa que en esos semáforos se visualizan a toda hora niños de 5 o 6 años.
Datos de la Organización Internacional del Trabajo indican que 8,2 millones de niños de entre 5 y 17 años trabajan en América Latina y el Caribe.
Asimismo estos se ven de una estatura sumamente pequeña por la desnutrición, “que parece que tienen 3 o 4 años y realmente tienen más de 10”.
Los expertos de CASM apuntan que si bien muchos son enviados por sus padres para generar ingresos para el sustento, otros son objetos de grupos organizados que los utilizan como fuentes de ingreso, lo que es “una tragedia”.
Cárcamo enfatizó que estos niños deberían estar en la escuela y colegio para prepararse para su futuro, y que puedan aportar a la sociedad, lo que es imposible en ese entorno donde son sumergidos.
Al cuestionarle sobre la efectividad de las labores del gobierno en este problema a través de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF), el experto dijo que no se ve ningún avance en el tema, y que impactó en la sociedad el hecho que hace poco se vio inmiscuida la ex directora de esta entidad, Dulce María Villanueva, en la filtración de audios en donde supuestamente le solicitaba coimas a subalternos.
“Cuando usted ve que las autoridades no están cumpliendo con su función, y además que las instituciones del estado, las que son garantes de niñez, no les asignan presupuesto que corresponde, entonces estamos a la deriva, los niños altamente vulnerados”, agregó.
Deterioro
Según datos de CASM, la mayoría de estos niños provienen de los anillos de pobreza de San Pedro Sula, los llamados bordos, que en la actualidad rondan las 22 mil familias, con una media de 5 integrantes, es decir 110,000 personas, al menos entre el 10 y 11 por ciento de la población residente en la Capital Industrial.
El crecimiento de las familias en el bordo se ha reducido, pero es porque prácticamente se limitan los lugares en donde pueda establecerse más gente, apuntó.
“Estos niños están estigmatizados por el hecho de vivir en los bordos, viven de recoger desechos”, mencionó.
El experto dijo que el gobierno debe establecer políticas orientadas para que los niños no se vean obligados a ir a la calle a trabajar y vayan a la escuela, y en la familia concientizar la importancia de la educación.