San Pedro Sula, Honduras
“Le traigo un celular de buena marca. ¿Cuánto me puede prestar? Me urge el dinero, tengo a un familiar enfermo”, dijo Mario a la dependienta de la casa de empeños Trébol, quien rápidamente extendió la mano para sacarla por entre los barrotes y evaluar el aparato. Esta escena se repite una y otra vez durante el día.
Por un celular, depende de la marca y el modelo, las casas de empeños prestan de 1,000 a 5,000 lempiras.
La crisis financiera en hogares sampedranos ha provocado que este año las casas de empeño aumenten su clientela en un 40%, esto aunado a que los negocios se expandieron; pasaron de aceptar prendas de oro a todo tipo de artículos tal como estufas, vehículos, motocicletas, bicicletas, chimbos de gas, soldadoras, pulidoras, escaleras, celulares, televisores, camas, cámaras fotográficas, guitarras, herramientas de mecánica, entre otros.
Osmani Torres, empleado de Joyería y Empeños Jireh, dice que el 80% de las personas que llega a solicitar un préstamo a cambio de una joya o artículo ya no regresa.
“La crisis financiera ha afectado a muchos, y la mayoría de las personas pierde sus cosas, porque no consigue lamentablemente el dinero para sacarlas. Nosotros damos un plazo hasta de 90 días para que vengan a realizar el pago, pero no todos pueden, y nos toca que rematar los artículos para sacar el capital que invertimos porque si no el negocio quiebra. Da tristeza porque a veces vienen algunos llorando con la esperanza de recuperar sus enseres”.
De la desgracia de unos, nace la suerte de otros, ya que los artículos que no son reclamados se venden a precios muy por debajo de su costo regular.
“La gente sabe que en estos negocios puede conseguir electrodomésticos y todo tipo de artículos a precios más bajos que en el comercio, pues como son de segunda mano tenemos que venderlos a la mitad de su valor real”, agregó Torres.
Tecnología reemplaza el oro
Los dueños de las casas de empeño aseguran que tuvieron que comenzar a aceptar distintos artículos porque el oro está escaso en el mercado debido a la inseguridad.
“La gente que compra alguna prenda de oro lo hace para un fin específico, que es dar un regalo o utilizarlos en una ocasión especial, la gente teme exhibir joyas elaboradas con este material y ser víctimas de la delincuencia, esto nos obligó a cambiar el concepto de las tiendas”.
Desde chimbos de gas, que dan entre L100 a 200, hasta una pipa mezcladora de concreto han llevado para empeñar. “La gente viene desesperada a tratar de empeñar de todo, recuerdo que en una ocasión trajeron un fardo de ropa, pero eso todavía no aceptamos”, dijo Óscar Álvarez, gerente de Credi&Corp.
En el caso de los artículos electrónicos, deben ser de las nuevas tendencias para que sean aceptados en las tiendas.
“Solo aceptamos televisores pantalla plana, porque los viejitos la gente tampoco los quiere comprar. Todo lo que es tecnología debe estar de moda”, dijo uno de los comerciantes.
El 60% de las personas que se sirve de este tipo de empresas son mujeres entre 30 a 40 años.
El economista Guillermo Altamirano dijo que el crecimiento financiero del país está estancado. “La economía no está creciendo en los niveles que debe crecer. La gente está percibiendo ingresos que son menores al salario minino, sueldos que apenas llegan a los 5,500 lempiras por familia.
Por eso recomiendo a la gente, que si en algún momento tienen que deshacerse de un artículo, inviertan ese dinero en un negocio, porque si lo invierten en consumo, no lo van a recuperar”.
El experto aseveró que las casas de empeños siempre han sido el reflejo de la crisis económica que atraviesa el país.