19/12/2025
12:46 AM

Es alcalde en Petoa y cambia dólares en la peatonal

Roberto Santos Guzmán fue vendedor ambulante en San Pedro Sula, logró estudiar
y dedicarse a la política en Santa Bárbara sin abandonar su pasión por el comercio.


Le dicen Alex, pero su verdadero nombre es Roberto Santos Guzmán. Si lo busca, puede encontrarlo en dos sitios: en la alcaldía de Petoa, Santa Barbara, pues es el alcalde, o en la peatonal de San Pedro Sula, cambiando dólares porque también es comerciante.

Hijo de una madre soltera, cursó su primaria en su aldea, pero por la falta de oportunidades a la corta edad de 12 años decidió emigrar a San Pedro Sula. Su sueño era estudiar e incursionar en la política.

La falta de recursos lo llevó a dejar el colegio. Apenas cursó un año en el José Trinidad Reyes.
“Por motivos económicos no pude seguir en el colegio y me dediqué a ganar dinero vendiendo en las calles”.

El alcalde de Petoa recuerda cuando vendía frescos de 20 centavos en el mercado central. Luego se convirtió en vendedor ambulante: ofrecía fajas, calcetines, jabón y pasta en la Tercera Avenida de San Pedro Sula.

Por más de 10 años, Alex recorrió las calles buscando sustento para ayudar a su madre y sobrevivir. En ese lapso fue apoyado por su familia y amigos. Cumplió 25 años y cambió de negocio: se convirtió en vendedor de lotería y empezó a cambiar dólares.

Cuando ya era cambista de dólares decidió retomar sus estudios, cursó el plan básico y se graduó de bachiller en administración de empresas. Su primer sueño estaba cumplido, pero sus aspiraciones iban más allá.

Alex viajaba siempre a su aldea de origen y allá ejerció su primer voto cuando Rafael Leonardo Callejas ganó en 1990.


A partir de ahí se convirtió en un líder entre la juventud y su sueño era ver a su municipio en mejores condiciones. Siguió cambiando dólares en el parque sampedrano y los fines de semana se dedicaba a politiquear en Petoa.

Le propusieron buscar la alcaldía de Petoa. Aceptó, pero sin dejar su trabajo en la peatonal. Ganó las elecciones y se convirtió en alcalde.

Alex no abandonó su sueño de convertirse en un profesional. Ingresó en la Universidad Autónoma del Valle de Sula en la carrera de Administración de Empresas y cuando era alcalde se graduó de licenciado.

“Mi sueño era convertirme en alcalde para mejorar las condiciones de vida del municipio y con la preparación en administración de empresas lo lograría”.

Sus principales proyectos son el alcantarillado sanitario, la electrificación y mejorar las calles en la ciudad.

“Cuando llegué a la alcaldía me di cuenta de muchas cosas. Venía de ser comerciante a administrar lo público. Entre los ingresos que yo percibía como comerciante y lo que entraba en la alcaldía era una diferencia abismal”.

En 2005, los ingresos que se recibían se registraban en un cuaderno único y se marcaban con una X las personas que iban pagando. Esa era la contabilidad.

“Fue el primer cambio y con apoyo de la Cooperación Española montaron un sistema de administración financiera y se mejoró la recaudación”.

Santos Guzmán buscó la reelección como alcalde y el pueblo le dio de nuevo el voto de confianza. Se convirtió en 2010 en alcalde por segunda vez con 2,500 votos de una población de 25 mil habitantes. Ahora busca su tercer mandato.

Culminó el proyecto de alcantarillado sanitario a un costo de 25 millones de lempiras con financiamiento del Banco Mundial gracias a las gestiones, la credibilidad de la Municipalidad y la contraparte de la comunidad.

“Estamos en la etapa final del proyecto de alcantarillado. Hemos mejorado el casco urbano y en un 99% se ha electrificado el municipio. Además hemos llevado el agua a las aldeas”.

Agrega que el presupuesto con ingresos corrientes y transferencias es de 10 millones de lempiras, pero es insuficiente para ejecutar todos los proyectos que necesitaba la comunidad. Dice que el sueldo que devenga, 18 mil lempiras, es insuficiente, por lo que tiene que dedicarse a sus trabajo como comerciante y cambista de dólares para mantener a su familia.

El alcalde añade que ha podido salir adelante, pero sabe que, si pasara “encerrado entre cuatro paredes en la alcaldía”, no lograría gestionar ni hacer proyectos como los que se han desarrollado.
Muchos lo critican porque pasa más tiempo en San Pedro Sula que en Petoa, pero asegura que lo más importante es el trabajo que se ha hecho en el municipio.

Confiesa, al final, que su madre siempre lo llamó Alex y sus vecinos lo llamaban igual, pero cuando fue a sacar su primera partida de nacimiento se dio cuenta de que su verdadero nombre era Roberto Santos Guzmán. Su madre, que ya falleció, le dijo: “Siempre creí que te había registrado como Alex”.