Son 19 puestos en la segunda calle, cuatro en la segunda avenida y dos en la 1, justo en la acera de la catedral. Todos en pleno centro de la ciudad.
Por años los párrocos de la iglesia han hecho llamados a las autoridades municipales para que controlen la situación pues es evidente que se necesita despejar los alrededores de la catedral.
LA PRENSA realizó un recorrido por el área y en efecto el problema es evidente. En la tercera avenida, la acera del templo se ha convertido en parqueo de bicicletas y trocos. Para hacer el viraje y tomar la segunda calle los vehículos grandes tienen problemas. Hay puestos de venta a ambos lados de ropa, comida, teléfonos, accesorios, tortillerías. Al lado derecho junto a la acera de la catedral han construido 19 puestos con madera y algunos con otro tipo de material.
La acera está ocupada en algunos de los puestos ya que colocan mercadería, cajas y amarran lazos en la verja del templo. Los puestos fueron construidos recientemente y al observar el sitio por lo menos hay cuatro de ellos cerrados. Al terminar esa cuadra de la segunda calle donde únicamente hay un carril para poder transitar los carros pueden seguir por la segunda calle donde también es un caos o pueden virar por la segunda avenida rumbo a la 1 calle.
El parque central está lleno de carpas y los propietarios de negocios dicen que les alejan los clientes por el desorden que impera.
Ahí en esa cuadra, en la parte de abajo del templo que da entrada a uno de los parqueos y la cripta hay cuatro puestos de madera y zinc algunos hasta con aire acondicionado incluida una barbería. El problema en ese tramo es que los carros se estacionan a la par de los puestos de venta y se toman otro carril dejando únicamente uno para el paso de los vehículos.
Al subir la 1 calle ya se observan dos puestos de venta más una carpa vacía y una carreta donde venden cocos y otros productos. Los vendedores se defienden y explican que la acera está libre pero los peatones explican que es difícil caminar por ahí. “Nosotros tenemos necesidad de trabajar y por eso estamos ubicados acá” dice uno de ellos.
La dirigente de vendedores de Sincosih, Claudia Pineda dice que como asociación presentaron una propuesta de reordenamiento para quitar esas carpas y puestos pero no hubo respuesta.
“Se hicieron grandes galeras y se necesitan puestos más pequeños. Hay personas que tienen hasta tres carpas de seis por sis y por eso es la saturación”.
Si hacen una remarcación quedaría espacio para el peatón y los carros pudieran transitar dijo la dirigente.
Indicó que los puestos se permitieron desde hace unos años y al seguir permitiendo el desorden se volverá peor y todavía se puede trabajar en ello.