"Mi mayor tesoro es contribuir en la sociedad hondureña": Dagoberto Rodríguez previo a ser galardonado con el Álvaro Contreras 2025
Rodríguez, quien entregó el premio Álvaro Contreras en tres ocasiones como presidente del CPH, será galardonado este viernes con el máximo reconocimiento al periodismo hondureño

- 22 de mayo de 2025 a las 23:40 /
A sus 57 años, Dagoberto Rodríguez no piensa detenerse. Tras más de tres décadas dedicadas al oficio de informar, investigar y denunciar, este periodista hondureño se mantiene firme, apasionado y comprometido con un país que —según dice— necesita más que nunca del periodismo.
Su trayectoria ha estado marcada por coberturas de alto riesgo, amenazas de muerte y una vocación inquebrantable. "Dago", como es conocido en el gremio, conversó con LA PRENSA, medio que ha sido testigo y parte fundamental de su carrera, mostrando la serenidad y experiencia de quien ha vivido la noticia desde la primera línea, enfrentando los mayores desafíos que implica ejercer el periodismo en Honduras.
Pese a los constantes ataques a la prensa, la censura y el peligro que representa cubrir temas como la corrupción, el narcotráfico y la violencia, Rodríguez se ha convertido en una referencia del periodismo de investigación en Honduras. Su voz crítica resuena también en redes sociales, donde cada tuit suyo genera discusión, incomoda a los poderosos y alimenta el debate público.
Un día antes de recibir el máximo galardón del periodismo hondureño, el premio Álvaro Contreras, y en el marco del Día del Periodista, que se celebra este 25 de mayo, este analítico investigador reflexionó sobre el papel fundamental del periodista en la democracia.
Además, advirtió sobre los retos que la inteligencia artificial impone a los medios y ofreció valiosos consejos para las nuevas generaciones que comienzan su camino en esta noble profesión.
Con la convicción y pasión que lo han caracterizado durante toda su carrera, concluyó: “Si volviera a nacer, elegiría ser periodista nuevamente”, reafirmando así su compromiso inquebrantable con la verdad y el oficio. A continuación, la entrevista completa.

Dagoberto, a pocos días de celebrarse el Día del Periodista, ¿qué significa para usted ejercer esta profesión en un país como Honduras?
Ser periodista en Honduras es el privilegio de poder contribuir a generar cambios dentro de la sociedad hondureña. Es decir, el periodismo es considerado como el cuarto poder. Yo creo que el periodismo ha contribuido significativamente en el país. Por supuesto, hay mucho que hacer en Honduras y creo que el periodismo es tener el privilegio de poder informar, pero también el compromiso y hay peligros que entraña también hacer periodismo en un ambiente tan hostil, tan complicado como Honduras.
A lo largo de estos más de 30 años de carrera, ¿cuál ha sido ese momento especial o emocionante que aún guarda en su memoria?
Sí, mire, hay tantas, pero una que yo recuerdo fue el fallo de la Corte Internacional de Justicia que definió la frontera marítima entre Honduras y Nicaragua por el paralelo 15°. Para mí esa cobertura fue una que me obligó a leer mucho, a estudiar los fallos, a leer todo lo que tenía relación con ese caso y cuando se da el fallo fue un momento muy emocionante.
Llegar hasta La Haya, cubrir ese hecho histórico para el país, fue para mí muy, muy, muy emocionante. Me ha tocado cubrir otras cumbres, reuniones de presidente, pero una de ellas que guardo especialmente es una cumbre que hubo de presidentes en la Casa Blanca, donde tuve la oportunidad de ingresar al Salón Oval, poder estar ahí presenciando la reunión de presidentes y estar prácticamente a dos metros del presidente Barack Obama. Para mí eso fue muy, muy significativo.
Recientemente, un tribunal declaró inadmisible la querella en su contra por parte del gobierno, un hecho que causó gran indignación en el gremio. ¿Qué opinión le merece esta situación?
Honduras vive una situación muy compleja, pero particularmente los periodistas. Hay una cacería en contra de la prensa, los periodistas viven en un contexto de estigmatización, de violencia, de amenazas, una erosión sistemática de la libertad de expresión y de la libertad de prensa. Posiblemente, no se percibe así como en otros países como Nicaragua, como Venezuela, como Cuba, pero está ahí, está latente. Hay acusaciones por parte de sectores del gobierno.
Fue una etapa muy difícil porque yo no había experimentado en carne propia una demanda. Sí me habían amenazado por mi trabajo. Hubo una o dos ocasiones que situaciones un poco serias, pero está realmente sí me generó mucha preocupación y en alguna medida, pero al final yo creo que triunfó la justicia, triunfó la libertad de prensa y triunfó la libertad de expresión. Pero los periodistas vivimos un momento complejo, un ambiente hostil, y creo que esto, lejos de mejorar, va a agravarse en un contexto electoral.
¿Qué medidas urgentes cree que deberían implementarse para proteger a los periodistas y evitar que situaciones como esta se repitan?
Yo creo que una de las medidas urgentes y la principal que se debe tomar es despenalizar los delitos contra el honor, la calumnia, la difamación. El Colegio de Periodistas ha venido con una lucha persistente de años pidiendo que se despenalicen, que ya no se criminalice la labor del periodismo porque estos delitos lo que hacen es criminalizar la libertad de prensa y criminalizar la labor de los periodistas.
Yo creo que un punto importante en el cual podemos avanzar para garantizar la libertad de expresión y prensa en el país es despenalizar los delitos contra el honor que están contenidos en el Código Penal y además de eso fortalecer el mecanismo de protección que me parece que es una herramienta importante para garantizar al periodista hacer su trabajo en un ambiente seguro.
Bueno y la pregunta que todo el mundo le ha hecho, ¿cómo se siente al ser galardonado este año con el Álvaro Contreras, un reconocimiento tan importante para el periodismo hondureño?
Muy, muy contento, muy feliz. La verdad que no me lo esperaba. Es decir, eso depende un jurado, son cinco periodistas quienes deciden en función del currículum y experiencia.
¿Por qué no se lo esperaba?
Porque creo que hay periodistas que tienen una trayectoria mucho más amplia que la mía y creo que son merecedores del Premio Alvaro Contreras, pero esta vez por unanimidad fue el jurado que decidió y lo recibí con mucha alegría. Me tocó entregarlo como presidente del Colegio de Periodistas en tres ocasiones, pero no había experimentado la felicidad de recibir el máximo galardón del periodismo hondureño, no solo por lo que representa el premio, el pergamino, que reconoce la trayectoria, la excelencia periodística, sino por la figura que está detrás de ese premio.
Álvaro Contreras es un tribuno, es un hombre que exaltó, que llevó a la cumbre, que ha escrito en letras doradas la historia del periodismo en el país.
¿Estuvo entre sus sueños o aspiró alguna vez a ese premio? ¿O nunca se le pasó por la cabeza?
Todo periodista, yo creo, que aspiramos a recibir en algún momento de nuestra vida el premio Álvaro Contreras. Sí, digamos que lo pensé, creí que posiblemente en algún momento, pero lo miraba muy lejano.
Lo miraba muy lejano porque hay tantos periodistas que le han dado mucho al país y que todavía no han recibido esta presea. Me parecía que, de repente, si en algún momento había la oportunidad, no era en este momento, pero gracias a Dios se dio la oportunidad.

En su trayectoria, ¿quiénes han sido los periodistas que más ha admirado o que han sido como mentores para usted? ¿Algún nombre que haya dejado una huella especial en su carrera?
Yo tengo a una persona que ha influido significativamente en mi vida como profesional, como amiga, y es a la licenciada María Antonia Martínez. María Antonia Martínez, desde que yo entré en La Prensa, en 1997, después ella se convirtió en editora y jefa de redacción, ha impulsado mi carrera profesional. No sé si vio el talento o vio valentía, no sé qué vio en mí, pero ella vio algunas características en mi trabajo, en mi labor, que me impulsó, me apoyó, me alentó, me promovió dentro del grupo OPSA.
Yo empecé como reportero, pero ella me promovió a la Unidad de Investigación, luego como editor, luego ella me promovió como jefe de redacción, como jefe de la Unidad de Investigación y para mí cuando la licenciada se va de OPSA, justamente para mí yo lo consideré una pérdida para el grupo, pero además porque se iba una mentora y una amiga
Le voy a ser bien honesto y le voy a revelar algo que se lo he dicho muy pocos y es que yo tomo la decisión de irme del grupo OPSA por la salida de María Antonia. Para mí ella es una figura que ha influido mucho en mi carrera profesional.
Dago, después de más de 30 años ¿qué le sigue enamorando del periodismo?
Sabe que me encanta del periodismo, bueno uno es cuando miro una nota mía que es una nota exclusiva una nota de investigación que se convierte en noticia en el país que es punto de referencia y sabe que algo que me encantaba a mí eran ver mis trabajos en primera plana, esa para mí una satisfacción por el hecho de la satisfacción personal y profesional pero además de eso por el aporte que daba la sociedad hondureña.
¿Recuerda su primera cobertura?
Fíjese que sí, recuerdo que mi primera entrevista fue con el doctor Carlos Sosa Coello, una conferencia que él dio en el Congreso Nacional y me mandaron a hacer esa cobertura, a entrevistarlo a él. Yo le cubrí la conferencia, me acuerdo que fue la primera nota que me publicó Diario Tiempo y la leí, sí, la leí 50 veces al día siguiente, la leí un montón de veces. No tiene idea por la satisfacción que me dio saber que era mi primera nota periodística.
¿Cuál ha sido el trabajo de investigación que más lo marcó o que considera su mayor aporte para el país? Ese que dejó una huella profunda en la opinión pública.
Fíjese que yo digo que son varios, pero, bueno, son tantos, pero uno de ellos fue la cobertura de la corrupción durante la pandemia. Eso, de hecho, yo tengo un dossier de todos los trabajos de investigación que hice en la pandemia, el desafío que representó hacer periodismo en la pandemia y hacer periodismo de investigación, porque no podíamos salir, teníamos que redactar e investigar desde casa, salir era muy raro, pero aun así se pudo hacer un buen periodismo. Creo que ese trabajo es el que más recuerdo.
También hay un trabajo que recuerdo, cuando hice una investigación sobre la venta de la nacionalidad a palestinos y sirios, una investigación que duró una semana en Diario La Prensa y otra que hice en Diario El Heraldo sobre la venta de repuestos en la Dirección Nacional de Tránsito, de los parqueos de la Dirección Nacional de Tránsito.
Esos entre otros, y hay uno también que me ha marcado, que creo que es uno de los principales, que creo que hay que destacar, es cuando en el Heraldo hice una cobertura especial de una serie periodística de la situación de la Mosquitia, tierra de nadie, fíjese que recuerdo muy bien el título, fue una serie de una semana donde revelamos el tema de narcotráfico, tráfico de madera, tráfico de espacios, prostitución infantil, esa es una serie muy completa que publicó el Heraldo y que creo que es uno de mis mejores trabajos.

Esta entrevista ha sido muy esperada por varios colegas. Cuéntenos, ¿cómo fue su paso por LA PRENSA?
Fíjese que mi paso por La Prensa comenzó en 1997 cuando las oficinas estaban aquí cerca de la Embajada Americana. Ahí conocí tanta gente que me impulsó como por ejemplo Faustino Ordóñez que fue mi primer jefe. Él era editor de Diario La Prensa aquí en Tegucigalpa. Luego una persona que influyó mucho también en mi vida fue la licenciada Orbelina López que era la editora de acá de Tegucigalpa en Diario La Prensa y de ahí la licenciada María Antonia Marta. Martínez, el licenciado Nelson Fernández, director de Diario La Prensa.
Tengo buenos amigos en La Prensa. Lastenia Lanza, con la cual trabajé a la par en el tema de editoría. Con Nelson García, con Tania Corona, con Jessica Figueroa. Es decir, es gente con la cual yo trabajé muy cercanamente, posiblemente se me quedan algunos, pero con ellos particularmente trabajé muy de cerca.
Para mí LA PRENSA fue el punto de crecimiento y de culminación de mi carrera profesional por todo lo que implicó el Grupo OPSA, yo entré tres veces a OPSA, tres veces, yo creo que no hay un empleado que haya entrado o ha estado tantas veces en una empresa como yo lo estuve, entonces eso lo que significa es que valoraron mi trabajo y eso lo valoró lo agradezco a don Jorge Canahuati Larach, a quien de veras tengo un agradecimiento enorme porque fue un hombre que a pesar de las presiones que tuvo, respetó mi trabajo, me llamaba cuando me tenía que consultar algo, hablarme de alguna nota, pero fue un hombre que respetó en todo momento mi trabajo. Nunca, y yo se lo digo con toda honestidad, jamás recibí de don Jorge Canahuati un 'esa nota no la tienes que publicar'. Jamás. Hubo una libertad amplia para poder hacer mi trabajo, y eso lo valoro y lo agradezco. Don Jorge, un hombre visionario de medios de comunicación.
¿Algún 'planchón' que recuerde?
Una vez el director me llamó. Yo me había quedado encargado de la editoría aquí en Tegucigalpa porque Orbelina, que era nuestra jefa, se había ido de vacaciones. Entonces ella tenía confianza y me dejaba acá. Recuerdo que un maestro de la escuela americana había hecho un reto con sus alumnos, que, si lograban leer dos libros, creo que un libro, en una semana él iba a subirse al tejado con su escritorio y de ahí iba a dar la clase. Eso trascendió, pero yo no le di la relevancia ni la importancia. Entonces sacamos la nota, pero la sacamos muy pequeña.
El licenciado Nelson Fernández me llamó y me dijo: "hoy La Prensa no existe". Para mí fue fatal, porque todos lo sacaron en portada, grandísimo. Entonces, para mí fue una gran enseñanza. Eso me enseñó a valorar la noticia. Y en lo sucesivo no volví a equivocarme. Nelson Fernández fue una gran influencia.
Y en ese entonces, ¿cómo se celebraba el Día del Periodista?
Trabajando, jajaja. Lo que hacíamos era, tal vez, hacer una reunión ahí, dentro de la redacción. Íbamos a la entrega del premio de Álvaro Contreras, algunos, estábamos aquí en Tegucigalpa, pero básicamente era una celebración muy bonita, tengo tantos recuerdos con gente tan buena, periodistas tan maravillosos con los cuales yo trabajé, amigos y aún con ciertas amistades. Bueno, de hecho, le voy a decir que tenemos un grupo que se llama “Exprensistas”.
Jajaja, ¿en serio?
Jajaja, sí, ahí está Faustino Ordóñez, Rosa Morazán, está Mauro Orellana, está Arístides Aceituno, está Nelson Lanza, está la licenciada María Orbelina López. Todo ese grupo estamos somos exprensa y todavía lo tengo de hecho les mandé la invitación del Premio Álvaro Contreras al grupo les dije 'ustedes no pueden fallar a esa entrega'.
Dago, y para las nuevas generaciones que comienzan en el oficio, y después de tantos años cubriendo casos difíciles como corrupción o violencia, ¿qué consejos o estrategias les recomendaría para manejar la carga emocional sin perder la pasión?
Es complicado muchas veces porque se juega uno con coberturas los sentimientos y las emociones, pero creo que ahí hay que saber dominar uno sus sentimientos para poder hacer coberturas donde por ejemplo hay sangre, muerte, Mi consejo sería a los periodistas hacer esto con mucha rigurosidad, con mucha objetividad, con mucha pasión. Yo recomendaría a los periodistas actualizarse constantemente, porque el mayor pecado de un periodista es no informarse y no actualizarse.
Creo que no debemos quedarnos solo con un título universitario, debemos de ir más allá, procurar estar en permanente formación. Ese ha sido un estilo de vida. Yo tengo ya 57 años, hoy sobre 58 años, acabo de terminar una maestría y si Dios me permite, pues seguir estudiando y seguir actualizándome.
Entonces yo les recomendaría a los periodistas que tengan iniciativa, espíritu de superación, y que no sean periodistas del montón. O sea, que sean periodistas distintos, que generen cosas distintas, que realmente la gente diga, 'wow, el trabajo que este hace me impacta e impacta en el país'.

¿Sobre qué es su maestría?
Tengo una maestría en periodismo digital de la Universidad de España, Madrid y tengo una maestría en geología por Aleph University. Bueno, acabo de terminar, voy al proceso de tesis, pero ya la acabo de terminar.
Hablando del periodismo digital, sabemos que muchos colegas veteranos aún tienen resistencia a esta era. Usted ha resaltado la importancia de mantenerse actualizado. ¿Qué consejos les daría para adaptarse y no quedarse atrás?
Hay una cita de Andrés Oppenheimer que dice "El que no innova se muere". Yo creo que el periodista debe de buscar eso, justamente la actualización y yo aconsejaría a la vieja guardia, -diciéndole que- ya el periodismo ya no es el mismo que ejercíamos hace 20, 30 años o 40 años, ha cambiado de una forma tan radical, los géneros periodísticos siguen siendo los mismos, pero las narrativas, cómo contar las narrativas, hoy son totalmente distintas, las plataformas son distintas, los recursos son distintos, y si nosotros no nos actualizamos en ese tema y no entramos a ese mundo tecnológico y digital, nos vamos a morir como periodistas.
Dago, ¿y actualmente quiénes considera que son los enemigos del periodismo libre en Honduras?
La corrupción, porque desde la corrupción se atacan los periodistas. La corrupción que se genera desde las esferas de poder son los que están en constante ataque a una prensa libre, a una prensa que denuncia justamente los abusos, denuncia la corrupción. Creo que otro de los enemigos es el tema de la censura, de la autocensura. Cuando nosotros nos censuran, digamos, un medio, o nos censuran los que ejercen el poder. Y cuando también nosotros nos autocensuramos. Yo digo que otro de los enemigos del periodismo es la inseguridad que prima en el país, las pandillas, el narcotráfico, que son temas que deben abordarse con sumo tacto y con sumo cuidado porque puede implicar la muerte para un periodista.
Hablando de inseguridad, ¿en algún momento en toda su trayectoria usted sintió miedo al ejercer su oficio?
Muchas veces, bastantes veces. En 2007 yo tuve que salir del país por amenazas a muerte con mi familia. Las amenazas han sido constantes, más en esta administración. De este Gobierno he recibido... Bueno, ya he dejado ya de contar las amenazas, porque la verdad son tantas, pero al final me mueve el deseo porque de esto vivo, esto me encanta hacerlo, es mi pasión, pero también por el hecho de seguir contribuyendo al país creo que todavía puedo seguir contribuyendo al país. Hay gente que me ha dicho, incluso dentro de mi familia, me han dicho 'debería de retirarte ya del periodismo', entonces les digo 'ahorita voy a dar algunos años más'. Espero retirarme en algún momento, pero siento que todavía podemos seguir aportando para el país.
Mirando hacia el futuro, ¿cómo visualiza el periodismo en Honduras en los próximos años?
Fíjense que yo vi muy desafiante cuando surgió la internet allá por 1990 porque era algo nuevo. A final yo creo que el internet nos ayudó a mejorar la profesión, pero hoy las redes sociales y la desinformación son desafíos que nos obligan realmente a mejorar la profesión.
Yo creo que el surgimiento de la inteligencia artificial, particularmente, el tema de las redes sociales, el surgimiento de los grandes emporios tecnológicos, han precarizado la labor del periodista porque hoy la información uno la encuentra en la red. Entonces, eso de alguna manera ha obligado al cierre de empresas y a recortes de planillas. Entonces ha tenido un fuerte impacto en el periodismo, eso ha sido un desafío al cual hemos venido tratando de innovarnos o adaptarnos.
Pero yo particularmente veo una gran amenaza en la inteligencia artificial. Me parece que la inteligencia artificial puede ser un recurso, una herramienta que genere oportunidades, pero también puede ser un desafío grande para el periodismo porque la inteligencia artificial va a quitar muchos empleos, va a generar que muchos periodistas pierdan su trabajo.
Me parece que el periodismo necesita de la persona, del ser humano, para hacerlo en la esencia del periodismo. No es una máquina, no es la inteligencia artificial como tal. La pasión de un periodista no lo tiene la inteligencia artificial. Me parece que ese es uno de los principales desafíos para los próximos años y creo que debemos reinventarnos, debemos readecuarnos. Así como lo hicimos con el internet, con las redes sociales, creo que la llegada de la inteligencia artificial nos va a obligar a readaptarnos, a reinventarnos para seguir haciendo periodismo.

Usted es una voz influyente que también forma a las nuevas generaciones y mueve masas en redes sociales con un solo tuit. ¿Qué se siente tener ese impacto en la sociedad?
Fíjese que yo no siento realmente que sea influyente. Yo simplemente hago mi trabajo y cuando yo siento que hay una injusticia lo digo y lo escribo.
Cuando piensa en el legado que quiere dejar, ¿qué espera que recuerden de Dagoberto Rodríguez dentro del gremio periodístico? ¿Cómo quisiera ser recordado?
Yo espero que recuerden que el periodista Dagoberto Rodríguez estaba muy comprometido con el país, que impulsó el periodismo de investigación. Yo creo que el periodismo de investigación es clave para la democracia. Quiero que me recuerden como ese periodista que intentó generar un cambio en el país. Nada más como eso.
En este marco del Día del Periodista, ¿qué mensaje le gustaría compartir con sus colegas y con la sociedad sobre la importancia de esta profesión?
Que sigan creyendo en el periodismo, sigan apoyando a los periodistas, no dejen a los periodistas solos. Creo que nosotros podemos contribuir a muchos de los cambios en el país, pero esa labor no solo es de la prensa, no solo es de los periodistas, es de todos los sectores del país. Yo creo que uniéndonos todos podemos llevar a Honduras a mejores condiciones de vida. Entonces mi invitación es apoyen al periodista, crean en los periodistas y apoyen la libertad de expresión y la libertad de prensa. Creo que un país donde no existen estos derechos es un país que va camino a la dictadura, camino a la autodestrucción.
Tras más de 30 años de experiencia, ¿cuál es el mayor aprendizaje o tesoro que el periodismo le ha dejado?
Creo creo que mi mayor tesoro es contribuir en algo en la sociedad hondureña y haber conocido mucha gente. Esta carrera me ha generado tantas oportunidades de conocer gente, de influir en la vida de las personas.
Me he encontrado gratamente con personas que me dicen, '¿Usted da a Dagoberto Rodríguez?' Sí, yo me pongo así porque digo, '¿Será que me va a agredir o algo?', 'No, quiero decirle que yo admiro el trabajo que hace'.
Entonces, eso me pone a pensar en la contribución que un periodista puede hacer dentro de una sociedad y la influencia que tiene, el poder de la palabra y la credibilidad. Yo creo que esos son tesoros que debemos nosotros cuidar como periodistas.
Si Dago volviera a nacer, ¿volvería a ser periodista?
Jajaja, claro que sí, volvería.