El drama de los hondureños que emigran en busca de un mejor futuro sigue conmoviendo a Estados Unidos, más cuando son menores de edad los protagonistas.
Heydi Gámez García, una menor hondureña 13 años que emigró sola a aquel país, tomó la fatal decisión de quitarse la vida.
Su historia fue recogida por The New York Times que siguió su suplicio y el de su padre, quien arrestado varias veces en su intento de cruzar la frontera entre Estados Unidos, simplemente no llegó a tiempo.
Según recoge el Times, en las últimas semanas, Heydi se había deprimido mucho porque su padre estaba detenido desde principios de junio cuando lo atraparon cruzando ilegalmente la frontera sur. Era su tercer intento en cuatro años para llegar a Estados Unidos y reunirse con su única hija, quien vivía con sus hermanas en Nueva York.
Pero los días se convirtieron en semanas, y los familiares dicen que cuando pasó más de un mes sin que lo liberaran, la niña empezó a perder sus esperanzas.
Alrededor de las diez y treinta minutos de una noche reciente, Heydi se encerró en una habitación y dijo que quería estar sola. Una hora y media después, su tía Zoila abrió la puerta para ofrecerle un bocadillo. Pensó que tal vez unas galletas y leche la alegrarían.
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Pero la cama con sábanas azules y violetas estaba vacía. Zoila se asomó por la ventana y después vio hacia el clóset en el otro extremo de la habitación: ahí estaba Heydi, colgada del cable de un cargador de teléfono.
Datos
132% ha aumentado este año la cifra de niños y adolescentes que se presentaron ante Migración en México.
100,000 personas llegaron en junio a México para cruzar la frontera a Estados Unidos.
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Dolor de un padre. Según el extenso reportaje, la madre de Heydi abandonó a la familia cuando esta apenas tenía dos meses de nacida; sus abuelos, quienes la criaron en Honduras, murieron.
La inestabilidad, combinada con la falta de oportunidades, llevó a su papá, Manuel Gámez, ahora de 34 años, a marcharse a los Estados Unidos. Se perdió la mayor parte de la niñez de su pequeña. Cuando Heydi cumplió 13 años, en marzo, Gámez le prometió que estaría con ella cuando cumpliera 15 y se celebrarían. Pero, al sentir su creciente desaliento, le dijo que intentaría cruzar la frontera en junio. Fue detenido, pero el 13 de julio, el Servicio de Inmigración y Aduanas aceptó una solicitud del abogado de Gámez, para liberarlo de la custodia con el fin de que estuviera con su hija moribunda, ya hospitalizada con muerte cerebral.
Él ignoraba lo que le pasaba a su niña. Cuando Gámez llegó, Jessica se lanzó hacia él. “Hermano, por favor, perdóname”, le decía. Mientras los hermanos avanzaban en el tráfico hacia el hospital, Jessica trató de explicar lo que había sucedido. Pero su hermano no comprendió completamente que su hija estaba con muerte cerebral hasta que la vio. “Mi querida, mi querida, por favor”, dijo en voz baja, mientras le acariciaba la cabeza. “Por favor, si ves una luz, no vayas hacia ella, por favor”. “Estoy aquí, te amo”, susurró. Gámez planea autorizar ayer al equipo médico para que le quiten el sistema de soporte vital a su hija. Ayer la niña murió.