La industria farmacéutica e investigadores científicos llevan realizadas más de 100 proyectos de vacunas contra el coronavirus
COVID-19 de las cuales algunas son aplicadas en ensayos a humanos.
Por lo general, el desarrollar una vacuna puede llevar varios años de investigación y pruebas clínicas previas su distribución. En esta ocasión, las farmacéuticas y cientificios se apresuran por lograr que las vacunas sean seguras y eficientes para el 2021.
Para que una vacuna pueda distribuirse libremente debe pasar varios filtros de calidad, de los cuales se miden varios factores en beneficios del cuerpo humano sin que los efectos secundarios puedan ocasionar daños severos.
Fases:
Los científicos prueban una nueva vacuna en células y luego se la administran a animales como ratones o monos para ver si produce una respuesta inmune.
Consideradas como pruebas de seguridad, los científicos administran la vacuna a un pequeño número de personas para probar la seguridad y la dosis, así como para confirmar que estimula el sistema inmunológico.
Los científicos administran la vacuna a cientos de personas divididas en grupos, como niños y ancianos, para ver si la vacuna actúa de manera diferente en ellos. Estos ensayos prueban aún más la seguridad y la capacidad de la vacuna para estimular el sistema inmunológico.
Los científicos administran la vacuna a miles de personas y esperan ver cuántas se infectan, en comparación con los voluntarios que recibieron un placebo. Estos ensayos pueden determinar si la vacuna protege contra el coronavirus. En junio, la
FDA dijo que una vacuna contra el coronavirus tendría que proteger al menos al 50% de las personas vacunadas para que se considere eficaz. Además, los ensayos de fase 3 son lo suficientemente grandes como para revelar evidencia de efectos secundarios relativamente raros que podrían pasarse por alto en estudios anteriores.
China y Rusia han aprobado vacunas sin esperar los resultados de los ensayos de fase 3. Los expertos dicen que el proceso apresurado tiene serios riesgos .
Los reguladores de cada país revisan los resultados del ensayo y deciden si aprueban o no la vacuna. Durante una pandemia, una vacuna puede recibir una autorización de uso de emergencia antes de obtener una aprobación formal. Una vez que se autoriza una vacuna, los investigadores continúan monitoreando a las personas que la reciben para asegurarse de que sea segura y efectiva.
Desde enero de este 2020, previo al gran impacto que ha dejado la pandemia en el mundo, el esfuerzo por encontrar la cura contra el
SARS-CoV-2, conocido como
COVID-19, tuvo sus primeros ensayos en marzo.
Sobre la marcha por encontrar la fórmula, algunas pruebas han fallado y es normal que sigan fallando mientras tanto, otras pueden terminar sin un resultado claro.
Para suerte de algunos, los resultados han sido exitosos, según sus propias declaraciones estas vacunas pueden tener éxito en estimular el sistema inmunológico para producir anticuerpos efectivos contra el virus.