La Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, en un documento enviado al juez Kevin Castel, de la Corte Federal, solicitó una pena máxima 30 años para el exdirector de la Policía Nacional de Honduras, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla Valladares.
La petición de la Fiscalía ocurre una semana después de que la defensa legal del exjefe policial solicitó a Castel una pena mínima de 10 años de prisión para su cliente. La lectura de sentencia está programada para el próximo jueves 1 de agosto de 2024.
Los abogados argumentaron que Bonilla, de 64 años, no goza de buena salud. En 2015, le extirparon la vesícula biliar, lo que le ha causado problemas de salud a largo plazo como diarrea, intolerancia a los alimentos grasos, gases, acidez estomacal, náuseas, vómitos, ictericia y dolor abdominal.
Además, sufre de agrandamiento de la próstata y presenta secuelas tras haberse contagiado de COVID-19 en 2022. La defensa señala que Bonilla necesita ir al baño cada media hora debido a sus condiciones médicas.
Los representantes legales de Bonilla, liderados por Donald H Vogelman, se comprometieron a que su cliente no se involucrará en actividades delictivas una vez deportado a Honduras tras cumplir su sentencia.
Se declaró culpable por un delito de narcotráfico
“El Tigre” Bonilla se declaró culpable el pasado 6 de febrero por uno de tres cargos de narcotráfico, imputados por la Fiscalía, días antes de que iniciara un juicio en simultáneo con el expresidente Juan Orlando Hernández y el expolicía Mauricio Hernández Pineda.
Bonilla Valladares es considerado por la Fiscalía de Nueva York como una pieza clave en el caso contra el expresidente Juan Orlando Hernández.
“El Tigre”, supuestamente, fue “cómplice” de Hernández en actividades relacionadas con el narcotráfico, contribuyendo así a la transformación de Honduras en un estado con vínculos mafiosos.
¿Cómo operaba “El Tigre”?
Hacia finales de la década de 2000, “El Tigre” ya se destacaba como uno de los comandantes más visibles de la policía hondureña, gracias a sus acciones en San Pedro Sula y La Lima, donde enfrentó a grupos criminales como la MS-13.
“El Tigre” desempeñó el cargo de director de la Policía Nacional de Honduras entre 2012 y 2013, tras haber sido jefe regional en la zona occidental del país, donde el tráfico de cocaína alcanzaba su punto álgido.