Cientos de niñas embarazadas ven truncada su educación en Honduras
Según los datos de Educación, el mayor número de niñas en edad escolar embarazadas se concentró en los departamentos de Cortés y Francisco Morazán.
- 11 de septiembre de 2025 a las 19:26 /
Los embarazos en niñas y adolescentes no solo tienen un impacto físico y emocional, sino que, muchas de ellas, también abandonaron sus estudios para convertirse en madres.
Una encuesta de la Secretaría de Educación muestra que entre 2017 y 2024, más de 7 mil estudiantes dijeron estar embarazadas , lo que significa que en promedio hubo 881 casos cada año.
La información, facilitada a través de la solicitud SOL-SDE-4351-2025, muestra, además, que 807 escuelas abandonaron sus estudios por el embarazo. Si hacemos un cruce de datos podemos decir que 1 de cada 10 escolares embarazadas dejaron de estudiar.
Esta situación, que desde el Plan Internacional en Honduras catalogaron de “preocupante”, provoca que las niñas renuncien a sus sueños formativos y profesionales, a sus proyectos de vida y que tengan que asumir una maternidad temprana.
Para Olenka García , asesora de género de Plan Internacional , estos datos “preocupan y nos debería dar una alarma para actuar”, sobre todo porque muchas de las niñas y adolescentes que dejan la escuela lo hacen por el estigma y señalización.
Lara Bohórquez, coordinadora de la Unidad de Investigación del Centro de Derechos de las Mujeres ( CDM ), por su parte, lamentó que muchas de las niñas que resultan embarazadas en edad escolar deben asumir una responsabilidad sola (sin la presencia del padre), porque lastimosamente los embarazos son producto de una agresión sexual.
Los datos registrados por Educación muestran que 50 de los 7,050 casos de embarazos, ocurrieron porque las niñas y adolescentes fueron víctimas de una agresión sexual . Es decir, además de cargar con el impacto de una violación, también se sometieron al estigma del embarazo adolescente, según Bohórquez.
La edad es un factor importante al momento de hablar de un embarazo, pues cuando se trata de niñas y adolescentes puede ser de alto riesgo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud , las madres adolescentes (de 10 a 19 años) tienen mayor riesgo de preeclampsia, endometritis puerperal e infecciones sistémicas, mientras que los bebés son más vulnerables a padecer de bajo peso al nacer, nacimiento prematuro y afección neonatal grave.
Según Educación, entre 2017 y 2024 hubo 1,232 casos de niñas de 8 a 14 que estaban matriculadas en el sistema educativo y que dijeron estar embarazadas, es decir, que estaban expuestas a cualquiera de estas situaciones.
Estos casos representan el 17% del total y, además, fueron catalogados como agresión sexual, al menos si se aplica el Código Penal. Dentro de este 17% están 153 niñas de 8 años que dijeron estar embarazadas, así 77 de 9 años y 64 de 10.
El mayor número de reportes ocurrió en adolescentes que tenían entre 17 y 18 años, indican las cifras en poder de la Unidad de Datos de LA PRENSA.
Al analizar estos casos por nivel educativo, los reportes se concentran mayormente en las estudiantes que cursaban el noveno, undécimo y duodécimo grado de carrera, es decir, en los grados superiores era más frecuente ver jóvenes y adolescentes embarazadas.
Para Lara Bohórquez, el Estado tiene responsabilidad en todos estos casos, ya que debió proteger y garantizar a las estudiantes la información necesaria para disfrutar de su sexualidad y prevenir un embarazo.
“Ahí es donde cae la responsabilidad del Estado de hablar de estas temáticas, de garantizar esto en la currícula escolar porque hay una problemática que desconocemos y que podemos llegar a prevenir a través de la información certera y confiable de calidad”, argumentó.
Desde Plan Internacional hablaron de tomar acciones entre todos los sectores: educación, salud, justicia, las instituciones nacionales e internacionales que apoyan a la niñez y juventud para poder “trabajar en este tema de educación integral y prevención de violencia, que podamos trabajar en algún momento a los docentes, darles herramientas para que puedan atender a estas chicas”.
“Muchas de estas niñas no deciden quedar embarazadas. Queremos también posicionar que la educación es una herramienta muy poderosa para prevenir estos embarazos en adolescentes, entonces necesitamos saber cómo focalizamos estos espacios, desde la educación, desde las escuelas”, comentó.
García mencionó que el 11 de octubre, Día de la Niña, lanzarán una campaña para amplificar el liderazgo de ellas. “Queremos empezar a transformar realmente las normas sociales y de género desde la comunidad educativa. Y queremos visibilizar también soluciones locales para justamente empezar a prevenir embarazos y uniones tempranas”.
La experta se refirió a aquellos casos en los que una niña es obligada a casarse o a estar en unión libre debido a su sexualidad o porque tuvo un embarazo adolescente, algo que ocurre en las ciudades y en las zonas urbanas.
Según los datos de Educación, el mayor número de niñas en edad escolar embarazadas se concentró en los departamentos de Cortés y Francisco Morazán. Sin embargo, en los departamentos de Yoro y Atlántida también se registran cifras preocupantes. A la lista se suman Olancho y El Paraíso.
La Prensa intentó conocer a través de la oficina de relaciones públicas qué medidas están tomando para reducir la deserción escolar en las niñas por embarazos o, incluso, para prevenirlos, pero no hubo respuesta. También le escribió y llamó a Edwin Oliva, secretario general de la Secretaría de Educación , pero tampoco contestó las llamadas ni mensajes.
Casos han disminuido: se requiere más educación
Cada año, en promedio, 881 estudiantes resultaron embarazadas. Y, aunque las cifras muestran una baja en algunos años, expertas consideran que debería hacerse un llamado a los actores responsables para que los centros educativos les den las condiciones pedagógicas y se conviertan en espacios seguros para los educandos.
Por ejemplo, en 2017 el país registró más de 1,500 niñas y adolescentes de entre 8 y 19 años, pero en 2019 la cifra cayó 985; para 2020, cuando la pandemia del covid-19 afectó al país, fueron 534 las estudiantes que dijeron estar en embarazo. Esta baja histórica sólo duró algunos meses, porque en 2021 hubo un ascenso que se siguió reflejando en los siguientes dos años.
Al cierre de 2024 nuevamente hubo una baja, incluso, inferior a la de 2020. Para las expertas, estos datos no concuerdan del todo con el informe “Estado de la Población Mundial 2025” de Naciones Unidas que, entre varias cosas, indica que Honduras tiene la tasa más alta de embarazos adolescentes, a nivel regional y en Latinoamérica.
Esto significa que “si en el año 2024 se registraron alrededor de 7,000 partos en chicas adolescentes de 15 a 19 años, de esos 7,000, más o menos como unos 300 o 400 embarazos fueron en niñas de 10 a 14 años”, lamentó la experta en género de Plan Internacional.
Muchos de estos casos, según dijo, están relacionados con agresiones sexuales, sobre todo porque la legislación hondureña así lo establece, pero existe un grado de impunidad bastante alto.
El Código Penal de Honduras establece penas de entre 5 y 8 años para las personas que cometan agresión sexual. El artículo 230 habla de un tercio en el incremento de la pena en el caso de que la víctima sea menor de 14 años.