19/12/2025
08:30 AM

¿Oír o escuchar?

El hombre entró apresuradamente en el bar del hotel y se dirigió al barman. ¿Tiene algo para curar el hipo? Sin decir una sola palabra, el barman se agachó, sacó una toalla húmeda de debajo del mostrador y golpeó al hombre repetidamente en la cara con ella. ? ¡Oiga! ¿Por qué me golpea? El barman sonrío satisfecho.

    El hombre entró apresuradamente en el bar del hotel y se dirigió al barman. ¿Tiene algo para curar el hipo? Sin decir una sola palabra, el barman se agachó, sacó una toalla húmeda de debajo del mostrador y golpeó al hombre repetidamente en la cara con ella. ? ¡Oiga! ¿Por qué me golpea? El barman sonrío satisfecho.

    Pero se le quitó el hipo, ¿verdad? El hombre, con la cara aún enrojecida por los golpes, explotó. ¡Yo no tenía hipo, quería algo para curar el hipo de mi esposa que está esperándome en el loby! Por supuesto, no es más que una broma, pero nos muestra cómo la gente saca conclusiones sin realmente escuchar. ¿Otro ejemplo? Permítame entonces contarle el caso del doctor que al explicarle el paciente que ante el intenso dolor de espalda había ido primero a consultar al farmacéutico, exclamó: ¿Y qué estupidez le dijo ese mentecato que se cree médico? Se produjo un silencio hasta que el sorprendido paciente aclaró: Me pidió que viniera a verlo a usted.

    ¿Cuál es la diferencia entre oír y escuchar? Bueno, el doctor William Parmenasse, eminente psicólogo ya fallecido, lo aclaraba así: 'Oímos para contestar; escuchamos para comprender'. Con esta especial interpretación, ¿podemos oír y no escuchar? Por supuesto que sí, según el Parmenasse. Ahora bien, si hay una diferencia entre simplemente oír y realmente escuchar, esto nos explica por qué tanta gente saca conclusiones equivocadas apresuradamente, incluso antes de que su interlocutor termine de explicar algo. Y es justamente lo que le pasó al barman y al doctor, pero la gente que escucha para comprender, puede después actuar mucho más sensatamente.

    Como el común de la gente no lo hace así, el resultado es que hay más problemas de comunicación de los que pensamos. Por ejemplo, ¿conoce usted personas que se creen dueñas absolutas de la verdad? Basta que usted diga lo más mínimo acerca de casi cualquier tema, para que se lancen a rebatirlo con una vehemencia tal, que literalmente 'quieren meter las ideas en la cabeza de los demás, a martillazos'. Oyen, pero no escuchan.

    LO NEGATIVO: Caer en el hábito de solamente oír a los demás, y correr el riesgo de equivocarnos.

    LO POSITIVO: Desarrollar el hábito de escuchar, y comprender así el punto de vista de los demás, aún si no estamos de acuerdo.