29/04/2024
04:53 PM

Violencia e inseguridad

    En reciente y muy oportuna homilía, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez recordó a sus compatriotas que la violencia y el odio destruyen al país y al mundo, excitándonos a perdonar y hacer el bien: “Hay que tratar de vencer la injusticia con la justicia”. Eso es lo que la población necesita y aspira con suma urgencia: vivir libre de cotidianos temores e incertidumbres, en armónica convivencia pacífica respecto a sus vidas y bienes, en un marco social de recíproco respeto.

    La violencia nos impacta de múltiples maneras: nos atemoriza e insensibiliza, a tal punto que solo aquellos asesinatos de alto impacto nos conmueven, considerando “normal” la pérdida de vidas humanas provocada por múltiples causas; al concluir que la mayoría de muertes violentas quedan en la impunidad, se opta por reemplazar la acción penal por la venganza; la adquisición de armas de fuego por parte de civiles va en ascenso como forma de autodefensa ante los embates de la criminalidad, que periódicamente adquiere en el exterior armamento de alto poder de fuego, tan letal o más que el utilizado por los elementos policiales. Los presupuestos estatales dedicados a la seguridad no solo deben priorizar el reforzar con mayor número de efectivos a la Policía, también deben adquirir laboratorios y personal especializado en materia de investigación. Y los niveles de violencia ocurren tanto fuera como al interior de las cárceles, aun en aquellas consideradas de máxima seguridad. La cada vez mayor mora judicial causa que las prisiones estén sobrepobladas de reclusos, lo que contribuye a la incidencia de homicidios en los recintos penitenciarios.

    La aplicación de políticas de “mano dura” por parte de las autoridades no logran eliminar o cuando menos reducir los cada vez mayores niveles de violencia, ya que no van acompañadas de la generación de oportunidades de empleo, políticas efectivas de reducción de la pobreza, rehabilitación y reinserción social de los reos que han cumplido condena. Algunos contenidos mediáticos impactan negativamente en las audiencias al glorificar el enriquecimiento expedito, aun por medios ilícitos, el machismo y el mensaje implícito que el fin justifica los medios, incluso si son antagónicos con la ley y la moralidad. La apertura de facilidades recreativas para niños y adolescentes es una efectiva forma de ofrecer sano esparcimiento a ellos en su tiempo libre, que deben recibir educación de calidad en sus distintos niveles que los capaciten con valores, destrezas, conocimientos que les permiten orientarse en la formación de ciudadanía. La seguridad requiere de un enfoque integral: acciones preventivas a la par de las punitivas.