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Unah-vs da la espalda

  • 03 agosto 2021 /

    Es la universidad del pueblo o, al menos, así tratan de vender su imagen a cambio de recursos provenientes del pueblo, del presupuesto nacional, con una asignación porcentual fija destinada a la educación superior pública. Ahora resulta que aquellos centros privados, también de educación superior, mantienen desde el primer día sus puertas abiertas para recibir a los hondureños y dispensar facilidades al personal de salud para inmunizar a la población.

    El Curn, como todavía se conoce en el cariño de los sampedranos, ya fue señalado desde los primeros días de las campañas de vacunación de mantenerse al margen de las necesidades de pueblo, una necesidad de grave supervivencia provocada por la pandemia. Se hizo la comparación con otras dos universidades privadas, abiertas desde el primer momento para facilitar las labores del personal de Salud, no de un Gobierno o de una persona al frente de ese Gobierno. Proteger, defender y salvar a hondureños, y para ello no hay excusa. ¡Qué lejos quedó aquello de la extensión universitaria a la que integraban con ardiente fuerza juvenil los estudiantes desarrollando proyectos en comunidades del valle de Sula! Inmensa contradicción en la política universitaria, que da un paso al lado ante la emergencia, que no es teórica, ni de aula, tesis o doctorado, sino de dolor, luto y muerte en miles de hogares hondureños. La inmensidad del campus, con tres ingresos y salidas a bulevares, con cuatro edificios y la moderna unidad de Ciencias Médicas, con viabilidad interna y amplias áreas verdes y estacionamientos.

    ¡No podemos más! Es el anuncio del centro universitario con un disfraz eufemístico claramente descifrable: “Debido a diferentes actividades y compromisos institucionales, el campus no podrá estar disponible como centro de vacunación hasta nuevo aviso”. Solo faltó como en otros tiempos las palabras finales de toda orden: ¡cúmplase! No faltará en la misma comunidad universitaria personal que haya recibido con satisfacción el comunicado, pero las explicaciones que pudieran surgir se estrellan en la naturaleza e historia del centro universitario, cuya existencia ha estado fuertemente unida al valle de Sula, a las ciudades y pueblos desde donde a diario los jóvenes iniciaban y culminaban una carrera, inicio de una profesión en sus mismas comunidades. Hoy, la Unah del Valle de Sula ha dado la espalda al pueblo. En la emergencia hubo que apuntar hacia las autoridades universitarias, dormidas a conveniencia, que despertaron unos días, pero han dado marcha atrás porque “las actividades y compromisos institucionales” no permiten abrir un portón y destinar un edificio para acompañar y proteger la vida de los hondureños.