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Un semestre desastroso

  • 20 octubre 2021 /

    Don Jorge Canahuati, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), señaló, en la inauguración de la 77 Asamblea General de la organización que el primer semestre del año en curso había sido particularmente desastroso para la libertad de prensa. Dos de los hechos que contribuyeron a que la situación haya sido tal han sido los cierres de los diarios El Nacional, de Venezuela, y La Prensa, de Nicaragua. Dos periódicos históricos y que han sucumbido a las mil trabas puestas deliberadamente por sus respectivos gobiernos, fueron asfixiados y obligarlos a detener, permanentemente, sus publicaciones.

    Las artimañas de parte de ambos gobiernos de corte autoritario han sido similares: persecución, evidente o solapada a los trabajadores y propietarios de los diarios y problemas para la importación de la materia prima para la publicación. En el caso de La Prensa, el propietario, hijo de don Pedro Joaquín Chamorro, cuyo asesinato por órdenes del dictador Anastasio Somoza dio un impulso definitivo a la Revolución Sandinista, ha tenido que marcharse al exilio debido a amenazas que ponían en riesgo su seguridad y su vida; de hecho, una de sus hermanas se encuentra detenida, acusada de conspirar contra el régimen Ortega-Murillo.

    La libertad de prensa es una condición indispensable para la existencia de una sociedad democrática. Cuando, desde el poder político, o desde cualquier otro sector, se atenta contra el derecho de la ciudadanía a recibir información veraz, pronta y objetiva, la misma democracia corre peligro. De ahí que todas las tiranías, de antes y de ahora, una de las primeras estrategias que utilizan para asentarse en el poder es la de silenciar los medios de comunicación críticos con su quehacer equivocado para evitar que se conviertan en la expresión de la conciencia de la ciudadanía y sofocar el deseo de justicia y libertad en ella.

    El ejercicio del periodismo en algunos países de América Latina se ha convertido en una profesión de altísimo riesgo. Tanto los gobiernos dictatoriales como el narcotráfico o la delincuencia organizada temen que sus acciones abusivas o ilegales sean expuestas públicamente; ven en la denuncia una amenaza para su modus operandi, y, por lo mismo, recurren al chantaje, a generar temor y hasta al asesinato.

    La defensa de la libertad de prensa es componente integral e indispensable de la defensa de la libertad de conciencia. Y no existen sociedades libres si se constriñe el derecho a disentir, a cuestionar, a criticar, y a manifestarlo a través de los medios.