05/12/2023
06:42 PM

Señales correctas

  • 09 noviembre 2022 /

    Resulta normal y natural que, luego de la inauguración de un nuevo gobierno, haya un período prudencial durante el cual se realiza una serie de acomodos en las estructuras, los nuevos funcionarios conocen la realidad inmediata de su ámbitos de acción y, para decirlo de alguna manera, se toma impulso para poner por obra lo prometido durante la campaña. Durante ese mismo período, el resto de los protagonistas de la vida nacional: los ciudadanos de a pie, los emprendedores y los empresarios, las oenegés, la comunidad nacional e internacional en general, observan cómo se va definiendo el nuevo contexto, para así, con base en él, saber qué decidir y cómo actuar. Toca entonces pasar del discurso a los hechos, de las intenciones a las acciones.

    En nuestro país ha pasado casi un año desde las elecciones generales y casi 10 meses desde la toma de posesión de las nuevas autoridades; casi ha pasado ya la cuarta parte del cuatrienio presidencial. Y, como recientemente señalara el presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada, don Mateo Yibrín, en el Foro de Desarrollo Económico realizado en San Pedro Sula y auspiciado por las Naciones Unidas, aunque se han percibido muy buenas intenciones de parte del gobierno actual, seguimos a la espera de “señales correctas” para participar con mayor fuerza y decisión en la creación de más fuentes de trabajo que doten de un salario digno a los trabajadores y permita que miles de hondureños superen la línea de la pobreza bajo la cual se ubican actualmente.

    La inversión privada exige, obviamente, reglas de juego claras. Cierto es que ninguna inversión puede contar con una garantía total de éxito, pero hay unas condiciones que la vuelven viable y que, por lo menos, posibilitan su realización y la vuelven atractiva. Dos de esas reglas innegociables son: la seguridad jurídica y el respeto escrupuloso de la propiedad privada. Cuando en un Estado el ciudadano no tiene certeza sobre la permanencia de un marco jurídico o carece de absoluta seguridad sobre la pertenencia de un bien material, llámese tierras, medios de producción o instrumentos de trabajo, es muy difícil, si no que es imposible, que alguien decida aventurarse a emprender algo.

    Señales mixtas, tampoco ayudan; narrativas que contradicen algunas acciones, igual. El caso de las tierras invadidas en el sur del país por un grupo de personas liderado por un miembro de uno de los partidos en el poder, debe resolverse con sentido de urgencia y con total apego a derecho.

    Mientras no haya señales claras y correctas, habrá que seguir esperando, mientras el tiempo sigue pasando inexorablemente.