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Se va y viene

  • 27 diciembre 2022 /

    Un año se va y otro viene, lo contará el que lo viere”, es el refrán popular que ha quedado bellamente plasmado en una de las tradicionales canciones que llena los ambientes el 31 de diciembre. Mirar hacia el futuro, pero con las enseñanzas del pasado, pues la experiencia es la “madre de la ciencia”, de la sabiduría. Por ello cuando los políticos y sus allegados de turno nos bombardean con promesas de paraíso nos venden falacias. El pasado enseña para evitar y el presente puede ser fértil terreno o árido desierto de retórica y demagogia.

    El esfuerzo realizado tras la pandemia y la progresiva recuperación es, sin duda, modelo pese a los inmensos obstáculos de ideologías políticas que, a como dé lugar, intentan trazar la ruta del país. Ya se vio en los días previos a la toma de posesión en enero, en las exigencias y acoso por insertarse en la estructura burocrática, en las cuentas del presupuesto para el año que viene y otros muchos elementos de los cuales, con un mínimo de inteligencia hemos de sacar consecuencias.

    Con el reciente pasado en fresca memoria las previsiones son escasamente halagadoras por las condiciones internas y por acontecimientos internacionales que marcan la economía mundial. Sin embargo, habrá que escuchar atentamente y abrir bien los ojos al caminar para no ser aquellos que tropiezan dos veces, nosotros muchas más, en la misma piedra. Los señalamientos inmediatos están dirigidos a proporcionar las condiciones más favorables para la creación de oportunidades de trabajo y así enfrentar la masiva migración, los crecientes niveles de pobreza y las frustraciones individuales y familiares que frecuentemente desembocan en violencia. Los fondos con implícita dedicatoria debieran dirigirse al empleo, a la continuidad de ingresos y no a la efímera alegría de recibir sin esfuerzo.

    La educación, base de desarrollo y prosperidad, fue y sigue siendo la víctima de los malos tiempos que aún nos agobian. Los fenómenos naturales y la pandemia aumentaron el abismo en el sistema educativo con altísima deserción y reprobación, cuyo tratamiento cosmético se encauzó en dos recuperaciones. La enseñanza virtual carece de condiciones favorables en docentes, en las familias y en los alumnos. La nefasta experiencia de estos últimos años ¿tendrá respuesta más allá de las palabras y las estadísticas?

    Las previsiones en salud anuncian una tormenta perfecta. El año que se va ha marcado una inmensa lejanía, infraestructura, empleados y pacientes, cuyo referente inmediato es el Instituto Hondureño de Seguridad Social con el significativo recorte de su presupuesto. Ahí está el desafío que debe incluir el pasado para no repetirlo y el presente para ir clareando el horizonte. Ojalá que podamos contar porque lo vimos.