15/11/2025
10:11 AM

Protagonismo en fin de año

    El Congreso Nacional ha asumido el papel de protagonista en la vida nacional con una dimensión, clara y conscientemente asumida, de cara a lo que vendrá en las próximas semanas con el nuevo gobierno y con la novedosa correlación de fuerzas en la Cámara Legislativa, que rompe totalmente con la tradición generando las expectativas propias por la necesidad de negociar para crear coaliciones con las que legislar.

    Los asuntos presentados en el Parlamento sobrepasan con mucho la actividad de los años anteriores en esta temporada de final de año, durante la cual, tradicionalmente, el interés de los parlamentarios se centraba en el presupuesto anual que debía ser aprobado antes de fin de año. Hay antecedentes, algunos nefastos como en aquella ocasión en el que transcurrió la mitad del año sin cuentas oficiales.

    Faltan pocos días para terminar el año y “aún no estamos listos; esperamos la información que nos viene de la Comisión de Transición”, explicó el diputado Francisco Rivera, presidente de la Comisión de Presupuesto del Congreso Nacional.

    Ojalá no les tiemble la mano para recortar el gasto y consideren seriamente, sin contaminación de intereses políticos, los ingresos, tanto en incrementos ficticios e irreales, como en el aumento en las cargas impositivas por medio de ajustes que absorben recursos de la inversión productiva para el sostenimiento de la abultada y pesada carga burocrática.

    Con las cuentas del presupuesto nos iremos dando cuenta del alcance de la pregonada austeridad en el gasto corriente y sus consecuencias en la economía personal, familiar y empresarial de los hondureños. La víspera ya anuncia que nos esperan días difíciles, de decisiones que no por esperadas, dolerán menos, pero es preciso, urgente y justo que el sacrificio sea para todos mediante el binomio racional en toda administración: a ingresos menores, corresponden gastos menores, que es lo que se ignora al hacer las cuentas y de lo que se burlan los adictos a los préstamos, a los recursos de los mercados internacionales y bancario interno, a la ayuda de países amigos y a la cooperación externa.

    Al mal trago, reza el adagio popular, darle prisa. En nuestro país, es hábito la receta de tragos amargos, pero saben peor porque, como ha ocurrido en los últimos días, la demanda de rendimiento de cuentas no acaba de entrar en la agenda oficial.

    Tan necesario es disponer de recursos para la lucha contra la delincuencia y la criminalidad como dar cuenta de su uso para que quienes son obligados a aportar reciban, como primera compensación, la satisfacción de su correcta utilización y, además, que se van consiguiendo los objetivos de la Ley de Seguridad Poblacional, con el corolario de la Tasa de Seguridad. No es mucho pedir.