17/04/2024
09:10 AM

Problema de todos

    Con la llegada del verano se presenta la plaga anual de los incendios forestales sin que se hayan dado más pasos que lamentos por la carencia total de previsión, de manera que miles de hectáreas boscosas se convierten en ceniza debido a varios factores que la irresponsabilidad en altos niveles los concentran casi exclusivamente en el cambio climático olvidando el delito de quienes por disponer de tierra de cultivo o potrero queman los bosques.

    El ejemplo trágico reciente se ha presentado en las últimas semanas en la capital donde la escasez de agua será mayor por las hectáreas calcinadas, los cauces secos y el bajo nivel de las represas. No es el clima, es la irresponsabilidad de las autoridades que con la primera gota de agua de la temporada de lluvia miran para otro lado y en lugar de buscar serenamente soluciones se olvidan hasta la próxima canícula. Miles son las hectáreas que anualmente se convierten en ceniza con consecuencias directas para la economía y secuelas agobiantes para la población del área rural, cuyos cultivos resienten los agudos cambios del ciclo de lluvias, afectando directamente su alimentación y sus recursos. La consecuencia inmediata es la migración interna que no tiene en políticos y funcionarios el eco del masivo éxodo externo.

    Las ciudades se han convertido en imán desde hace décadas como atractivos espejismos para salir de la pobreza, pero la realidad no es tan idílica como la generada en el sector rural. La falta de vivienda, la escasez en oportunidades de empleo y las pésimas condiciones en salud y educación convierten la supervivencia en un ambiente de hacinamiento en el que la solución soñada se convierte en peor que la realidad. Pero esto no suscita más interés que el que artificialmente presentan los candidatos cada cuatro años en la campaña electoral, después “si te he visto no me acuerdo”.

    ¿Qué plan preventivo ha sido elaborado para enfrentar la plaga de los incendios forestales? Y hablamos de prevención porque la represión, aplicar la ley, es soñar despierto, pese a que aparecen cultivos o cercas para resguardar ganado. Pero ¿quién le pone el cascabel al gato? También las áreas protegidas y los parques nacionales sufren acoso e invasión sin que las autoridades reaccionen con diligencia y actúen implacable e impecablemente. Muy complejo eliminar los incendios forestales sobre todo cuando carecemos de cultura de prevención y toda marcha de acuerdo con las urgencias, a las intervenciones y a las excepciones que son evidencia de la incapacidad o intereses ajenos al bien común. Sin embargo, las tierras arrasadas y las cenizas multiplicadas es problema de todos que se prolonga hasta las próximas generaciones.