24/04/2024
05:05 PM

Prioridad en emergencia

    El escenario casi único atractivo es el desarrollo de las sesiones del Congreso, convocado para la elección o repartición, como se ha adelantado, de la nueva Corte Suprema de Justicia previo logro de consenso, difícil, pero no imposible porque la posibilidad es bandera en el campo de la política. Sin embargo, deben cobrar más notoriedad los problemas crónicos que mantienen en las nubes la supervivencia y mejoramiento de la calidad de vida de todos los hondureños.

    Ojalá que del proceso salga victoriosa la pluralidad con nivel de aceptación real, fuera la retórica y demagogia, de la coexistencia armónica de distintas ideologías o posiciones políticas. Claro que el paso previo y fundamental es la ambición del poder por el poder para uso de la autoridad en un esquema excluyente y sumario. El color de turno se alza vencedor como en el circo los gladiadores, por lo que en la siguiente oportunidad la revancha marca el programa de gobierno.

    Sin dejar de lado la decisión de los grupos parlamentarios y la polémica que seguirá hay que implicarse profunda e inteligentemente en el presente porque sin necesidad de ser adivino las voces señalan el camino de la recesión económica con graves consecuencias, como siempre, para los países pobres y en ellos para aquellos grupos con mayor afectación de la pobreza. El impacto lo estamos experimentando ya con la galopada de la inflación, pese a haber transcurrido las semanas de mayor demanda, la época navideña.

    En el nivel financiero y de la macroeconomía, con falso escape con préstamos internos y externos y bonos soberanos, no se siente tanto, por ahora, porque el “costo de la fiesta” pasa a generaciones venideras, pero la escasez en el plato, la precariedad en la vivienda o la incapacidad de atender otros gastos de supervivencia recaen directamente en quienes se hallan ya atrapados en la extrema necesidad a la que cada día se unen más familias.

    En las cuentas del Banco Central caerán las remesas y las exportaciones, pues los malos tiempos en países industrializados se reflejan en los despidos y la disminución de oportunidades de empleo. Nuestros compatriotas serán los primeros en ser golpeados por la disminución de la actividad económica, temporada que en el argot popular se denomina “época de las vacas flacas”.

    Desde la Unión Americana han llegado ya los primeros síntomas causantes de despidos de empleados en la industria de la maquila, pues el consumo baja con afectación en las fuentes empleo y en las exportaciones. Es preciso estar preparados y generar con prioridad de emergencia una política de empleo creíble y atractiva para integrar con celeridad la mano de obra joven hoy más propensa a emprender camino al norte.