16/04/2024
12:06 AM

Prevención

    La temporada lluviosa trae consigo, además de las conocidas dificultades por la frágil infraestructura, graves padecimientos en la salud pública. Entre estos destaca el dengue, que ya cobró, al menos, siete vidas este año y ha registrado más de veinte mil casos entre hospitales y centros de sanidad en los últimos siete meses en Honduras. Este grave escenario ocurre en medio de una emergencia nacional por la cantidad de evacuados de las zonas más golpeadas por el paso del huracán Ian, que atravesó el Caribe, y la amenaza de un nuevo ciclón. Como era de esperar, las autoridades sanitarias ya mostraron su preocupación ante la incapacidad de atender una nueva oleada de pacientes.

    Las cifras de afectados por dengue, registradas hasta hoy, son muy mesuradas considerando que buena parte de municipios y aldeas han estado incomunicados, que prevalecen sectores aún inundados y que se ha vivido la gran movilización de hondureños por el Feriado Morazánico, razones que sugieren que la verdadera avalancha de afectados está por aparecer. Son días críticos para el Ministerio de Salud, que, encima, no ha conseguido superar los problemas laborales internos de sobra conocidos.

    En resumen, si ya enfrentábamos un panorama caótico por los rezagos del covid-19, por la falta de medicamentos y los constantes paros de empleados, el incremento de casos de dengue volverá a exponer las marcadas falencias en el sistema sanitario nacional y dejar a su suerte a miles de enfermos que no gozan del derecho humano e inalienable del acceso a la salud gratuita.

    Y como “en guerra avisada no muere soldado”, lo urgente ahora es volver a la prevención desde diferentes trincheras, con masivas campañas que adviertan sobre la gravedad del dengue y ejecutar estrictos controles municipales en contra de esos solares baldíos que permanecen cubiertos de maleza y son perfectos criaderos de zancudos. Igual de rígidos deben ser los operativos en contra de basureros que permanecen en barrios y colonias, además de la fumigación casa por casa.

    Todos debemos mantener medidas de higiene, evitar el agua estancada, promover la limpieza en nuestro vecindario, mantener puertas y ventanas cerradas y usar repelente cuando vamos a exponernos. Ser conscientes de que, aunque es una enfermedad generalmente moderada, puede llegar a ser mortal. Por supuesto, a la prevención hay que sumar la atención oportuna a los síntomas, que van desde dolores de cabeza hasta fiebre y malestar en articulaciones. Proteger sobre todo a los niños, que son los más vulnerables. Unir esfuerzos para evitar otra catástrofe.