29/04/2024
12:34 AM

Lo que viene

    La ola se ha ido convirtiendo en tsunami en pocos años con inminente riesgo para el país que se la ve y desea para afrontar sus graves problemas con soluciones cada vez más inciertas y lejanas. Nos referimos a la masiva migración desde el sur y desde el Caribe de miles y miles de personas en un anhelado sueño de llegar a la Unión Americana que se alimenta como utopía en el puente del istmo centroamericano, paso obligado en el peregrinaje hacia el norte.

    Las cifras son escalofriantes según las presenta el Instituto Nacional de Migración. Señala que este año han ingresado al país más de 340,000 personas de diferentes nacionalidades, sobresaliendo más de 150,000 venezolanos, cerca de 50,000 cubanos y alrededor de 40,000 haitianos y de otras nacionalidades. Frías las estadísticas, pero en cada uno de los números hay una tragedia personal y familiar que marca el origen, el camino, la llegada y para muchos el regreso inmediato.

    Resulta llamativa la masiva afluencia de ciudadanos haitianos, ya que es bien conocida la situación del país caribeño, pero lo que no se comprendía, hasta hace poco, era la ruta elegida, pues el trayecto por mar hasta el istmo es sumamente peligroso y largo para aventurarse a seguir el camino una vez en Centroamérica.

    Desde Nicaragua dieron a conocer que el gobierno sandinista dio facilidades para el aterrizaje en el aeropuerto de Managua de vuelos chárter, en los tres últimos meses unos 260, “facilitando la migración de Haití con varios vuelos a la semana”. Querrá reflejar humanidad el dictador nica mientras exilia a sus ciudadanos, les priva de nacionalidad y les quita sus bienes. Total, que el país vecino se ha convertido en centro de migración de sus ciudadanos hacia el sur y de los caribeños hacia el norte. Si el gobierno sandinista sigue con la puerta abierta e, incluso, alentando con la llegada de migrantes, “la crisis en nuestro país será mayor en los próximos meses”.

    Aquello de “responsabilidad compartida” resultó una solución muy adecuada en el papel porque en las últimas décadas el éxodo se ha incrementado y la solución que debe comenzar en los países de salida con reducción de la pobreza, aumento del empleo y seguridad ciudadana, atención y defensa de los derechos humanos en el trayecto y ordenamiento de entrada a quienes cumplan las condiciones del país de destino.

    Todo un rosario de angustias y peligros que el Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia ha plasmado en el documento “El rostro cambiante de la niñez migrante en América Latina y el Caribe” con exposición de la crisis de la niñez migrante que tiene que abandonar escuela, amigos y pueblo.