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La Victoriano López

  • 08 julio 2015 /

    La convocatoria de esta noche para asistir, participar y vivir al son de la música clásica, que finamente van hilando violines, violonchelos, viola, piano, flautas y otros instrumentos musicales de la mano de los jóvenes integrantes de la orquesta sinfónica de la escuela Victoriano López, es una expresión de dolor; pero también de confianza en los sampedranos para seguir respaldando el centro de estudios al que se incorporan jóvenes con capacidad para la música y cuyas destrezas mejoran en el desarrollo del programa educativo al que se ha integrado el bachillerato en Humanidades.

    El llamado, sumamente sugestivo, sintetiza el anhelo de supervivencia en tiempos de crisis como constante desafío de superación y aliciente para seguir dando el “do de pecho” , la nota más falta con plena voz, sin falsete, expresión que en el lenguaje diario se refiere a esfuerzos extremos para conseguir objetivos y metas.

    “Por amor a la música” es la invitación para esta noche que nos hace canturrear el poema, canción de José Luis Perales, porque “es hermosa la vida si hay amor, es hermoso el paisaje si hay color... Es más corto el camino si somos dos... Son hermosos los versos si hay amor, son hermosas las manos si hay amor, son hermosos los ojos cuando miran todo, por amor, por amor”.

    Habrá que repetir una y otra vez en estos tiempos materialistas, de revueltas por el consumismo, por el tener más que por el ser, por el ocaso del individualismo en favor de la masificación del mercado, también del pentagrama y de la voz, y por la frialdad para todo aquello donde se proyecte el arte y la cultura sin necesidad de deificar personas o mejorar imágenes.

    La Victoriano López tiene su carta de presentación en rostros serios, en dedos virtuosos deslizándose en las cuerda del violín o las teclas del piano, en el suave sonido de la flauta o el metálico llamado de la trompeta. Si como enseña la sabiduría popular, con origen en la leyenda de Orfeo, “la música amansa las fieras”, muchos conciertos y presentaciones de orquestas necesitamos los hondureños en estos tiempos de ira, frustración, inseguridad y violencia para rebajar tensiones, aflojar sentimientos y disfrutar de sí mismo sin los nefastos condicionantes externos, aunque sea por unos instantes.

    Con pasión, ambición o simple curiosidad, el acercamiento a la música de los jóvenes de la Victoriano López esta noche abrirá nuevos espacios en la visión de nuestra sociedad y fomentará modalidades creativas en la convivencia que tanto necesitamos, pues los mismos problemas que derivan en crisis por falta de atención debieran empujarnos con más fuerza a las expresiones de arte y cultura como la dimensión más sensible y superior de la naturaleza humana.

    Habrá respuesta al mensaje que en clave de solidaridad lanzan los muchachos de la ejemplar escuela musical sampedrana para que del pentagrama a nuestro oídos lleguen las notas, con sabor de siglos, de la música clásica.