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Fin a la vista

  • 03 diciembre 2020 /

    El cartel de fin del camino está a la vista y por mucho que quieran “patalear” hasta el último segundo todo está ya preparado para el veredicto; aunque la democracia permite la libertad del inconformismo, no el abuso de autoridad y menos aquello de “lo mío es único y ley”. Nos referimos a la ya próxima fecha oficial en que el Colegio Electoral oficialice la victoria de Joe Biden con “dolor” no asumido ni reprimido por el presidente Trump.

    No todo fue pérdida para el republicano, pues ya anunció su muy probable presentación para la próxima oportunidad que se inició con su actitud desafiante y la de su partido conservador acobardado en búsqueda de erosionar la confianza en la legítima y legal victoria de los demócratas que recibieron el respaldo en los tribunales a los que llegaron los resultados electorales. “Miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente creerá”, es la expresión clásica atribuida al ministro de la propaganda del Gobierno nazi. Esta ha sido la estrategia desde el primer momento del presidente perdedor que no llegó a calar ni en su propio partido, pues las denuncias del fraude no pasan de palabras.

    Hechos y pruebas evidentes y contundentes siguen sin aparecer por lo que comparar el sistema electoral norteamericano con el cuestionado de otros países no encaja en el pueblo estadounidense ni en los organismos e instituciones públicas. Se quedó gritando “el lobo…” que nunca apareció.

    El más reciente varapalo, entendido como daño sufrido en sus intereses materiales y morales, le llegó al titular de la Casa Blanca del fiscal general, Bill Barr, quien negó que exista evidencia de un fraude electoral.

    “Hasta la fecha no hemos visto un fraude en escala suficiente para poder haber cambiado el resultado de la elección”, dijo Barr.

    El sistema electoral norteamericano ha ido aguantando los embistes, léase embustes, que siguen apareciendo, cada vez con mayor debilidad, ante la cercana declaración oficial de resultados inapelables que funcionarios, dirigentes y políticos republicanos, calificados por Trump de “desaparecidos” en una cadena de televisión aliada, aceptaron con su silencio.

    Recuperar Estados Unidos y dar respuesta positiva al problema migratorio han sido dos de los primeros horizontes identificados por el próximo Presidente que desde el 20 de enero tendrá la oportunidad que acercarse a los aliados y potenciar el movimiento global disminuyendo rápidamente el aislamiento. El alivio evidenciado en las manifestaciones de los primeros días de noviembre por el triunfo de Biden se fortaleció y solo se espera la voz oficial en unos días y la toma de posesión el 20 de enero.