28/04/2024
02:25 AM

Explicaciones

    A medida que se acerca el fin del ciclo anual aparecen evaluaciones y visión de instituciones y organismos públicos, lo cual debiera ser una muestra de transparencia, pero los resultados contrastan la realidad, porque es una especie de “autoexamen” y, claro, si el interesado recibe y da la calificación no se va a reprobar, lo que contribuye al incremento de la desconfianza.

    Recientemente la polémica en el campo de las estadísticas ha estado centrada en los resultados presentados sobre la pobreza, extrema y llevadera, presentados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que señaló una reducción del 9.5 por ciento con mayor éxito en el área rural al disminuir casi un 12 por ciento. ¡Casi! Claro que necesitamos aminorar el golpe diario de la pobreza en miles y miles de familias, pero la violencia, la destrucción de empleos y la escasez de oportunidades de trabajo muestran otro rostro en el que la supervivencia es clave.

    Algo similar ocurre con la educación, cuyo desempeño al terminar el año escolar es presentado con datos muy positivos en disminución de reprobados y caída en las deserciones. Lo dice el ministro de Educación. Que así sea, pero el año escolar ha estado presionado por el deterioro de centros educativos desde las tormentas Esta y Iota, lo mismo que por los problemas en nombramientos de maestros y creación de plazas, lo que resta credibilidad a las palabras del funcionario.

    En el caso de los dólares que sorprendió a los hondureños con anuncio en puertas de bancos, “no hay dólares”, ya ha tenido respuesta en el oficialismo por medios de un vicepresidente del Congreso Nacional: “Lentitud y no escasez”. Nos hace recordar el adagio clásico: “Roma locuta, causa finita”. La explicación posterior es claramente oficialista con el fin de justificar una situación que ocurrió hace décadas, porque el consejo de esperar o volver a solicitar es la admisión del “no se puede y aguante”. Y esto de los dólares nos lleva al ingreso de divisas y a sus fuentes que dadas las condiciones de la producción nacional y de los altibajos de la economía internacional, las exportaciones, café, maquila, bananos y otros productos, ha ido hacia abajo dejando un gran hueco que no alcanza a llenar la mayor fuente de dólares, las remesas que sostienen el valor de la moneda nacional y la política monetaria.

    Cálculos del Banco Central señalan que este año los hondureños desde el exterior enviarán unos 9,000 millones de dólares, la gran aportación a las arcas nacionales. No es desgracia vivir fuera y enviar ayuda a la familia, pero sí es gran desgracia estar obligado a emigrar para salvar la vida, salir de supervivencia o poder hacer realidad el derecho humano de una mejor calidad de vida.