19/04/2024
08:04 AM

El mandado

  • 21 julio 2022 /

    Pasamos al paciente al consultorio y luego lo mandamos con la receta a comprar afuera, incluso hasta acetaminofén”. Cruda expresión, pero real en su contenido, repleto de tragedia y desilusión, pero tan real como la vida diaria de la población.

    A otros muchos y graves problemas se tienen que sumar las deficiencias en el sistema de salud, que se debate entre incumplimiento de pago, siete meses, a trabajadores y escasez de medicinas del cuadro básico.

    Lo señalado se refiere al hospital Mario Rivas, centro de atención para la gran mayoría de pacientes no afiliados y beneficiarios del Seguro Social y de escasos recursos como para recurrir a la medicina privada. Gran ironía con los millones entregados en viáticos a diputados durante el reciente período de vacaciones, que se supone que están en su lugar de origen, no hay viajes y mucho menos atenciones por representación, pues las actividades quedaron congeladas por el receso de medio año.

    Pero ya se sabe que aquello de la transparencia y la utilización de los recursos del Estado queda en papeles y en los archivos de oficinas públicas con la complicidad de funcionarios y empleados públicos que se rigen por el inmoral e injusto principio de “hoy por ti, mañana por mí”.

    Y eso que todo iba a cambiar, pero las “vueltas de tuerca” van cerrando cada vez el círculo vicioso del poder en otras manos. Aunque es generalizar, las situaciones particulares en cada secretaría de Estado van dando cuenta de conclusiones que son cuentos no solo por la debilidad de las propuestas, sino por el consciente olvido de prioridades, como queda en evidencia en la seguridad, educación, salud y oportunidades de empleo.

    Mucho desafío para escasa voluntad en enfrentar estos problemas sociales, fundamentales en el camino hacia el mejoramiento en la calidad de vida de los hondureños, alejándonos del segundo puesto del hemisferio por la cola en el desarrollo humano. Aquello de las cuentas en primer momento, con escandalosa y buscada expresión de “bancarrota”, se ha convertido ya en cuento del que no se ve un final feliz, como en los relatos infantiles.

    En el Mario Rivas hay escasez de 163 medicamentos, y eso que el 23% de su presupuesto, de cerca de 1,400 millones, está destinado a medicinas y equipo médico. Claro que los pacientes aumentan año con año a medida que la densidad poblacional es mayor, pues también la afluencia de otros lugares hace del centro hospitalario sampedrano una utopía o ilusión, sin respaldo en nuevas infraestructuras hospitalarias.

    “Aquí no hay nada de medicamentos. Ni siquiera lo básico”. Contundente expresión que lo dice todo.