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El dilema europeo

  • 09 mayo 2023 /

    Al conmemorarse el día del Viejo Continente, conviene reflexionar acerca de los desafíos que enfrenta: comercio, seguridad, relación trasatlántica con Estados Unidos, migraciones. Ahora que las relaciones económicas con Rusia están congeladas, tras la imposición de sanciones, necesita ampliar mercados con otras naciones, particularmente con China, lo que motivó al presidente de Francia, Emmanuel Macron, a visitar a su colega chino, Xi Jinping, emitiendo declaraciones no bien vistas por algunos miembros de la Otan, respecto a Taiwán como temática no atinente a los intereses europeos, implícitamente dando a entender que ello constituye un asunto interno chino. Europa puede responder positivamente a estos retos, al igual que en relación con las fuerzas centrifugas del Brexit al retirarse de la Unión, algo que hoy concluye fue un error político con repercusiones negativas para el Reino Unido en diversos aspectos.

    Respecto a su seguridad, hoy amenazada, ha iniciado un proceso rearmamentista que incide desfavorablemente en los programas de carácter social de sus habitantes.

    El flujo de migrantes procedentes de África y de Oriente Medio en búsqueda de refugio y oportunidades económicas es intenso, pese a imponer mayores restricciones para acogerlos. De otra parte, su fuerza laboral envejece lo que requiere de mano de obra joven para gradualmente reemplazarla. Su abastecimiento energético procedente de una sola fuente: la rusa, ha resultado en excesiva dependencia de un único proveedor, por lo que ahora busca diversificar a los abastecedores. Aquí, Noruega, con sus vastos yacimientos de gas puede ser la solución, además de Argelia para los países mediterráneos, dada su proximidad geográfica con la Europa septentrional y meridional, respectivamente.

    ¿Debe integrarse Europa al bloque encabezado por Washington o bien posicionarse de manera equidistante entre este y la alianza Rusia y China? ¿Aliada, pero no alineada?, ubicándose como una tercera fuerza que funcione como necesario contrapeso entre uno y otro, tal como en su momento lo enunció De Gaulle? El mantener relaciones diplomáticas armoniosas y de recíproca confianza tanto con el Primer como el Tercer Mundo, enmarcadas en el beneficio mutuo, sin ventajismos unilaterales ni imposiciones político-ideológicas, resulta lo más beneficioso para Europa, tanto en el corto como en el largo plazo.

    Con relación a la América Latina, le conviene a Europa estrechar vínculos con ella, por razones de mutua conveniencia, tanto de carácter económico, político, humanitario. Nuestra subregión ha mantenido, históricamente, cordiales vínculos con la Comunidad Europea, mismos que pueden y deben acrecentarse.