26/07/2024
12:17 AM

Efectos dominó

    La creciente contracción económica que experimenta nuestro país incide en diversos aspectos sociales, al igual que en múltiples factores económicos, creando un conjunto de repercusiones negativas en el corto y mediano plazo, en tanto la misma no se logre revertir aplicando un conjunto de medidas que garanticen la seguridad jurídica y física del inversionista, hondureño y extranjero, a la vez que mejorando el sector comunicaciones e infraestructura. Veamos: el hecho de que la industria maquiladora ha perdido hasta ahora más de 28,000 puestos de trabajo y sus exportaciones se han reducido en 21.5% significa desempleo para compatriotas, hasta ahora gozando de un salario y beneficios laborales adicionales mes a mes. Esto a su vez impacta en sus familias, al desaparecer el ingreso permanente del que disfrutaba el jefe de familia, sea este hombre o mujer.

    Al encontrarse sin ingresos e ir rápidamente agotando los ahorros, bien se suman a la economía informal, bien migran al exterior en búsqueda de oportunidades laborales en otras naciones, con todos los riesgos inherentes a tal viaje cuando se marchan indocumentados.

    Este éxodo masivo, notorio ya no solo en los sectores de menores ingresos, hoy también visible en los de ingresos medios, constituye un déficit creciente en la mano de obra calificada, lo que impacta en el sector industrial.

    Más de un millón de jóvenes en edad de estudiar o trabajar no lo están haciendo, advierte Santiago Herrera, gerente de Política Económica del Cohep. Aquí debe incluirse a los llamados ninis, que han abandonado cualquier esperanza de superación, solamente vegetando día a día o bien sumándose a las filas de la delincuencia y crimen organizado. Las ganancias adicionales que el comercio recibe el mes de diciembre, resultado del mayor circulante en razón del pago de aguinaldos y otras bonificaciones, se reducirá significativamente, impactando en una merma en el volumen de ventas tanto en el sector formal como informal. De tal manera que para miles de compatriotas las tradicionales compras navideñas no podrán hacerse realidad y el tradicional ambiente festivo habrá desaparecido, dando paso a sentimientos depresivos, de frustración y desaliento, aspectos negativos que inciden tanto en la salud física como mental. A este complejo panorama, pleno de incertidumbre, debe agregarse el impacto inflacionario en los productos de la canasta básica, lo que significa una merma en la ingesta de alimentos para millones de personas, impactando en la desnutrición, visible en niños, jóvenes y adultos de áreas urbanas y rurales. Ciertamente, las perspectivas a futuro, lejos de ser halagüeñas, se tornan más y más sombrías, desafortunadamente. El revertirlas implica un esfuerzo decidido, sostenido y colectivo tanto por parte de gobernantes como de gobernados, todos y todas al unísono, dando lo mejor de nuestros esfuerzos y talentos, más allá de diferencias ideológicas y políticas.