“Jamás se puede obtener un triunfo con hombres forzados” (Francisco Morazán, 1834). En efecto, la afirmación del prócer y mártir es valedera en cualquier tiempo, lugar y circunstancia. Cuando se actúa en cualquier actividad obligado y en contra de la propia voluntad, los resultados obtenidos son nulos o deficientes.
Debe existir de por medio la acción y el pensamiento autonómicos. Quienes dedican tiempo, recursos, energía a una causa de tipo social, sanitario, educativo, recreativo, artístico revelan poseer una personalidad altruista, idealista y humanitaria, solidaria con causas nobles, en que se trasciende el yo por el nos, lo individual por lo colectivo. Si tal conducta es loable, digna de reconocimiento, lo es aún más cuando los voluntarios son personas de nacionalidad extranjera las que optan por colaborar, dentro del ámbito de su experiencia, profesión u oficio, con el objetivo de contribuir al bienestar de una comunidad perteneciente a una nación distinta a la suya.
Ejemplos de lo arriba dicho lo constituyen quienes han integrado el Cuerpo de Paz de los Estados Unidos de América, quienes, previo entrenamiento, dejan atrás las comodidades de sus hogares para ser enviados a naciones pobres necesitadas de asistencia técnica en diversos campos, para, una vez asimilada, poder aplicarla por sí mismos. También los voluntarios de otras nacionalidades: Japón, Taiwán, Cuba, Holanda, poseen programas similares de gran efectividad. Recientemente, una joven voluntaria japonesa destacada en el departamento de El Paraíso falleció víctima de la epidemia de dengue. Shin Fujiyama, radicado entre nosotros, desafió fatiga, temperaturas extremas, distancias de miles de kilómetros con el fin de recolectar fondos que le permitirán construir más escuelas en distintos lugares de nuestra geografía. Técnicos taiwaneses, mientras se desempeñaron en Honduras, impulsaron el cultivo y exportación de tilapia, frutas orientales, camarón entre pequeños y medianos empresarios, logrando diversificar nuestras exportaciones, generando ingresos a la economía nacional y familiar.
Los alfabetizadores y médicos cubanos obtienen reconocimientos colectivos por los logros positivos obtenidos en sus respectivas áreas de conocimiento. Holanda recluta técnicos ya jubilados que desean aportar su vasta experiencia en diversos países. Aquellas instituciones con fines de lucro que asumen la responsabilidad social empresarial poseen igual visión y misión con hechos concretos, para el caso aportando donaciones a causas nobles, como lo es la Teletón, en colaboración con los medios masivos de comunicación. Personas anónimas donan alimentos y vestuarios a compatriotas que por causas diversas han perdido sus viviendas y pertenencias. A todos ellos el público reconocimiento, hoy que se celebra el Día Internacional del Voluntariado, deseando que más naciones y personas se sumen a causas nobles, positivas, bajo el principio del voluntariado, que trasciende fronteras e ideologías.