26/04/2024
12:56 AM

Cuestión de lealtad

    No cabe duda que, después de Estados Unidos, y tal vez de España, la República de China (Taiwán) es la nación que más ayuda brinda a nuestro país. Es relativamente fácil encontrarse con una ambulancia que luce la bandera taiwanesa, porque ha sido donada por ese país, o encontrar en alguna población de cualquiera de los cuatro puntos cardinales de Honduras un proyecto de piscicultura, crianza de cerdos, cultivo de guayabas o aguacates o mejora de instalaciones escolares, en el que su mano solidaria se haya manifestado.

    Desde hace ya más de 80 años, Taiwán y Honduras han mantenido una sólida amistad, de la que, objetivamente, nosotros hemos resultado más beneficiados. Y, por eso, y porque es un Estado con el que compartimos las mismas aspiraciones de profundizar cada día más las libertades democráticas y el respeto a los derechos de las personas, que el nuevo gobierno debe mantener y reforzar los lazos diplomáticos con esa isla que, lejana en la geografía ha sido tan cercana en amistad y generosidad para con nuestra gente.

    Es evidente que la ruptura de relaciones diplomáticas de Nicaragua con Taipéi y el establecimiento de las mismas con Pekín; luego de la enorme ayuda que, a lo largo de décadas, ha recibido el pueblo nicaragüense de Taiwán, es un claro gesto de ingratitud y un hecho político que solo se entiende en el marco de la crisis generada por el régimen de los Ortega-Murillo con Estados Unidos, luego de la farsa electoral desarrollada al sur de nuestras fronteras. Entregarse en brazos del autoritarismo pekinés ha sido una demostración de rechazo al apoyo estadounidense al Estado taiwanés, y nada más. Los hechos que se han dado en otras naciones cercanas han demostrado que, al final, es un pésimo negocio, porque ha habido muchas promesas y pocas verdaderas ayudas, porque lo que China busca no es más que el supuesto aislamiento de Taiwán, como una manera de humillarla y presionarla mezquinamente. Y lo cierto es que mientras países poco importantes en el panorama mundial como Nicaragua se distancian de la isla, otros europeos, de mucho mayor peso en el concierto de las naciones se acercan cada vez más a ella. Por otro lado, se entiende que habrá una mayor afinidad entre dos gobiernos autoritarios, que entre una auténtica democracia, como es el caso de Taiwán, y una que padece estertores de muerte, como sucede en nuestro vecino país.

    Así que, por nuestro propio bienestar y por un asunto de lealtad: larga vida a la amistad entre Honduras y Taiwán.