En el camino se arreglan las cargas, es el dicho de la sabiduría popular cuando se inicia la ruta con evidente carencia de previsión y aferrándose a la suerte para llegar a la meta sano y salvo. Esta es en síntesis la filosofía existencial, no siempre entendida en su exacta dimensión, de políticos y funcionarios cuya visión de poder se centra en la administración sui géneris del presupuesto nacional.
Mucho se habló sobre la necesidad de revitalizar el sistema educativo tanto en la pedagogía, en las instalaciones y en los docentes, de manera que, como primera meta, tras los desastres naturales y la pandemia, la nueva imagen mejorada fuese el gran atractivo para volver a las aulas y factor determinante para reducir sustancialmente la deserción. Pero no es así, la carga se ladea más a lo largo del camino con riesgo de caer.
El agravamiento en el sector educativo es notorio y con palabras similares a aquellas escuchadas ante la necesidad de recuperar la infraestructura vial en sectores olvidados, justifican y explican que “neles pasteles”, porque “no hay presupuesto para pagarlos”. ¡Qué contraste! Para la tamaleada de aquellos días y el pescado de temporada hay asignación presupuestaria y facilitación en la entrega de recursos, pero para el nombramiento de maestros con plaza se olvidaron del hueco en las cuentas oficiales.
Quizás piensan soluciones en la ruta, pero van pasando los meses y los burócratas de Educación no se inquietan por la falta de 3,000 nuevas plazas, pues los nombramientos fueron para sustituir a los interinos, no para llenar el vacío de docentes evidenciado en el alto número de alumnos en las aulas, lo que impide la labor docente y educación con calidad en los tres niveles del sistema público.
“En casi todos los centros educativos de Cortés están saturadas las aulas, hacen falta docentes... El ministro habló de 1,500 plazas nuevas, pero el problema es que los padres de familia siguen pidiendo maestros y directores y son mentiras que han creado plazas nuevas”, es el señalamiento del docente Gilberto Benítez, miembro del Primer Colegio Profesional Hondureño de Maestros (Pricphma).
La queja es generalizada pese al muro de choque que levanta el oficialismo en todas las dependencias. “El déficit en el departamento de Cortés es de un 20%” lo cual es más que significativo puesto que no aparece iniciativa ni esfuerzo para enderezar la carga, muy ladea con alto riesgo de caer lo que se irá viendo en los próximos meses y al final del curso por mucho que se maquillen las cantidades o estadísticas y se siga apuntan hacia atrás. Para los niños las cargas deben estar bien preparadas antes de iniciar la ruta anual del año escolar.
