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Teresa Gallardo Rius

  • 14 febrero 2023 /

Conocí a Teresa Gallardo Rius cuando visitaba su importante Librería Coello en San Pedro Sula, negocio que había emprendido con su esposo Antonio José Coello, con quien también hice amistad. Más tarde nuestros encuentros fueron en Tegucigalpa como miembros de la Cámara del Libro de Honduras, en casa de Óscar Acosta para discutir los asuntos de la Cámara y para disfrutar el café con semita al que invitaban en esa hospitalaria casa. Si mal no recuerdo, ahí en esas sesiones preparamos la Primera Feria Internacional del Libro realizada en Honduras en los predios de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán. En su imprenta salió mi primera obra “Acuario”, ganadora del Premio Zorzal de Oro del Centro Cultural Sampedrano. Teresa nació en La Ceiba, Honduras, el 4 de noviembre de 1947, hija de Jorge Gallardo Crespo y de Irma Rius Yescas. Por parte de su madre era nieta del héroe de la independencia de Cuba, el general Juan Rius Rivera, quien había llegado a La Ceiba y en donde falleció luego de haber prestado importantes aportes a esa ciudad: cofundador del Banco Atlántida y cofundador del Hospital D’Antoni. Teresa me mostró un álbum de recortes de la prensa de La Habana con motivo de la repatriación a Cuba de los restos de su abuelo para rendirle los honores de héroe nacional; las fotografías de prensa muestran el apoteósico recibimiento que en su patria recibió el patriota cubano. Posteriormente nuestra relación de amistad con la pareja Coello Gallardo se acentuó porque nuestra amiga Teresa se entusiasmó por la literatura infantil y accedió a poner en los anaqueles de su librería mis libros para niños. Ese interés se volcó inicialmente a las tareas como coordinadora nacional del Programa Internacional de Acercamiento a la Literatura Infantil (Piali). Este programa consistía en un concurso anual de cuentos escritos e ilustrados por niños. Se seleccionaba un número determinado de cuentos para participar en un concurso internacional en la sede de Piali, en donde se editaba un libro con los ganadores del continente. Pero, Teresa hacía editar en Honduras los libros con los mejores cuentos presentados por niños hondureños, habiendo editado 10 títulos que tuvieron una gran difusión. Con su dirección en Piali se impartieron más de 100 talleres de capacitación a más de 2,000 maestros para el fomento de la lectura y con el patrocinio de la Cooperación Española recopiló e hizo la adaptación de las Leyendas de la Mancomunidad Colosuca con ilustraciones de los niños de la mancomunidad.

Verdaderamente entusiasmada con la literatura infantil se presentó en el Concurso Nacional de Literatura Infantil y Juvenil que patrocinaba la Secretaría de Educación, la Secretaría de Cultura, Editorial Santillana y el Centro Cultural de España en Tegucigalpa. Ella logró un primer premio (2007) con su libro “Aventuras de Rana Mariana y su amiga Capuchona”, que tuvo muy buen recibimiento entre los niños centroamericanos en donde fue distribuido y difundido. Además, es autora de “Próceres mexicanos”, escrito e ilustrado por niños y patrocinado por la Secretaría de RREE de México; “Después del huracán”, patrocinado por Unicef; “El robo de la historia” (1996); “183 recetas favoritas de una cocina hondureña” (1997); y “El secreto del bosque de Copán ̈ (Alfaguara Infantil, 2012). Su infatigable acción bienhechora fue recompensada con las siguientes distinciones: Galardón La Concordia 2006, otorgado por el Consejo Hondureño de la Empresa Privada, por su Responsabilidad Social Empresarial, “Mujer del Año” en 1982, además del mencionado premio por su libro para niños. Sus afanes anduvieron en el voluntariado al servicio del prójimo, clubes de amas de casa, presidenta del Club de Jardinería de San Pedro Sula, presidenta de la Sociedad Pro Música de San Pedro Sula. Coordinadora de los programas para los niños de la Iglesia y coordinadora nacional del Programa Internacional de Acercamiento a la Literatura Infantil (Piali). Teresa, la gran amiga, escritora y promotora de la lectura entre los niños falleció no sé si por el covid o por otra enfermedad. Ya no la tenemos y yo no me enteré hasta hace unos días. La noticia me ha impactado porque nunca supe que estuviese enferma, pero no dejó de sorprenderme el cierre de su librería, a donde podíamos acudir en busca de muy buena y oportuna lectura.

Honduras debe mucho a su vida llena de entusiasmo y de espíritu emprendedor. Los niños que progresaron en la lectura con su conducción deben estar orgullosos de saber ahora que esa valiosa mujer les mostró el camino de la superación y el conocimiento y del deleite estético de la literatura.

Sea su nombre siempre recordado entre los benefactores de la Patria y su alma descanse en paz.

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