14/07/2025
04:59 AM

Rectificar lo que se ha hecho mal

Para finalizar su carta, que deseamos sea conocida por la población de Santa Rosa, sostiene que “las autoridades municipales tienen en sus manos las decisiones que marcarán el futuro de esta ciudad y las generaciones que en ella se vendrán estableciendo.

Juan Ramón Martínez

La depredación de que hacen objeto algunos urbanizadores, con la indiferencia de la alcaldía municipal de Santa Rosa, ha llamado la atención a muchos. Incluso hasta los mismos urbanizadores, especialmente los de más sensibilidad, han reflexionado sobre el asunto. Uno de ellos, el ingeniero Carlos Javier Romero Gonzales, se ha dirigido a la Corporación Municipal expresándole sus preocupaciones. Por su importancia, me permito glosarlo.

Empieza por reconocer el problema e invita a sus conciudadanos para que estén preocupados “por el giro que ha tomado nuestro entorno, donde al parecer los acontecimientos han desbordado la capacidad de los entes reguladores para poner orden en el acelerado crecimiento que Santa Rosa está experimentando desde hace algunos años”. A renglón seguido, precisa sobre cómo debe entenderse el progreso, criticando a quienes lo invocan para justificar acciones de deterioro. Para lo que establece que “el progreso debe ser una combinación de factores, una simbiosis entre lo que se planifica y lo que se hace.

Todo lo anterior en armonía con el medio ambiente, con las medidas de mitigación necesarias y sin molestar al vecino, pero últimamente han privado varios fenómenos; por ejemplo, el hecho de preferir pedir perdón que pedir permiso; es decir, hacer las cosas a la brava porque yo soy fulano de tal y yo aplico mi ley, tengo la plata, que nadie me moleste. Otros ejerciendo presiones casi tectónicas a los funcionarios municipales para lograr así sus cometidos, invocando sus contactos, amenazando con demandar y muchos ofreciendo el cielo y la tierra para lograr su cometido, y así normalizar áreas en donde a todas luces no se pueden hacer ciertos proyectos, ya que saben de antemano que el plan de desarrollo urbano no lo permitía”. Sin embargo, Romero Gonzales no se queda con chiquitas. Y a reglón seguido les dice a sus colegas empresarios “que no todo en esta vida es dinero y que, ante todo, debe primar el beneficio de las mayorías y no (el) de unos pocos”.

Para finalizar su carta, que deseamos sea conocida por la población de Santa Rosa, sostiene que “las autoridades municipales tienen en sus manos las decisiones que marcarán el futuro de esta ciudad y las generaciones que en ella se vendrán estableciendo. Decisiones que deberán tomar basadas en argumentos sólidos, en los informes y las recomendaciones de las comisiones técnicas, en el clamor de la población, que los ha elegido para, precisamente, tomar decisiones más acertadas en beneficio, tanto del rico como del pobre, de los que tienen voz y de los que no la tienen, de los niños que han nacido y los que todavía no lo han hecho. En fin, en nombre de todos los queremos con tanto amor esta tierra, donde hemos vivido y también donde aspiramos finalizar el ciclo de nuestra existencia”. Señor alcalde, “es el momento de hacer las cosas correctas y ya no hay espacio ni tiempo para seguir maniobrando porque las aguas están muy turbulentas”. El ingeniero Romero Gonzales es muy claro. Ahora lo que cabe es responder con acciones positivas, rectificando lo que se ha hecho mal.