23/04/2024
07:03 AM

Prófugos

Sergio Banegas

Un prófugo se define como una persona que está huyendo, generalmente de la acción de la justicia, de alguna medida gubernamental u otra autoridad. Del mismo modo se denomina a la persona que elude un proceso de reclutamiento para el servicio militar.

En ese contexto podemos afirmar que nuestros políticos son prófugos pues tienen décadas de huir de la decencia; la inteligencia trata de perseguirlos y acompañarlos, pero es inútil, se escabullen con agilidad ante el seguimiento que trata de hacerles la sabiduría y la pulcritud.

A ese equipo élite se han tratado de unir la transparencia, la honradez, la probidad, el pundonor, el apego a la justicia y al derecho, inclusive el amor patrio ha hecho su aparición con la encomienda de encontrarles más todo ha sido completamente infructuoso.

Ellos solo tienen cabeza para el latrocinio, para el engaño, para el contubernio, para la malicia, para la deslealtad y el deshonor, son fieles discípulos de la mentira y del perjuicio a las arcas públicas, llevan en su gen el modificar las leyes a su beneficio, el transar y el aferrarse a la res pública aun con triquiñuelas y avaricias desmedidas.

Son fugitivos y forajidos que han desarrollado “expertis” en hilvanar subterfugios para jamás ser encontrados por la ética política; son alérgicos a la transparencia, siempre buscan la manera que sus movimientos alevosos les traigan ganancias desmedidas para sus oscuros bolsillos.

Es así que la ciudadanía que se precie de ser responsable y comprometida con el mañana de la patria deba hacer memoria de quiénes desfalcaron más de 6,000 millones de lempiras del Seguro Social, de quiénes han traicionado la república apoyando un ilegal continuismo que a su paso enlodó el honor de la patria en las cortes internacionales; de quiénes hicieron el negocio de su vida con la compra de los hospitales móviles siendo cascarones inservibles para los fines sanitarios.

No más prófugos de la decencia en las funciones públicas, un periodo más así sería nefasto y determinante para la proscripción permanente en el subdesarrollo de la nación.