14/11/2025
12:13 AM

Por el bien de todos

Aunque no todos los hondureños votamos por el candidato que pronto asumirá la presidencia de la nación, lo cierto es que no podemos desear que su gestión fracase. Los retos que él y su equipo deberán enfrentar son comunes a todos los hondureños: los problemas de salud, seguridad, educación, comunicaciones, etc., nos afectan a todos, y, por lo mismo, tontos seríamos si hiciéramos cábalas para que les vaya mal. Malos hondureños seríamos si no colaboramos, cada uno desde su trinchera, para que se vayan resolviendo, una a una, esas dificultades que, heredadas o recién surgidas, evitan que el paisito se adecente y deje de causarnos vergüenza.

Aunque, en su momento, hayamos pensado que Mauricio Villeda o Xiomara de Zelaya o Salvador Nasralla eran la persona idónea para sacar adelante a esta Honduras, ante la asunción de las nuevas autoridades, y, por el bien de todos, una vez pasado el lunes veintisiete, no nos queda sino hacernos un nudo y trabajar juntos, viendo hacia adelante (que no se puede ver el futuro por el retrovisor, dice un amigo mío), para que nuestros hijos no tengan que irse, secos o mojados, a buscar otros horizontes, cuando tienen un país que puede darles todo.

El sectarismo se entiende, hasta cierto punto, durante la campaña electoral. Entonces cada quien “lleva agua a su molino”, divide en lugar de sumar, destaca las bondades de su candidato y, por supuesto, las debilidades y defectos de los contrincantes. Pero, a estas alturas, usando la cabeza y dejando a un lado el corazón, lo mejor que podemos hacer es “echar todas las monedas en la misma huaca” para que alcance para todos. Esto, evidentemente, no significa unirse incondicionalmente a los vencedores ni abandonar las posturas críticas o dejar de hacer oposición. Pero sí es necesario, y diría que obligatorio, hacer a un lado, de una vez por todas, los intereses personales o de grupo y, si es que le tenemos un poquito de amor a esta tierra, hacer causa común con aquellos con los que no pensamos exactamente igual pero que no por eso son nuestros enemigos.

Habrá que estar vigilantes para decir no, con firmeza, cuando sea necesario. La ventaja es que aquí todos nos conocemos y ya sabemos en que anda cada quien; por lo mismo, no es difícil atajar aquellas jugadas de los que suelen quererse “pasar de vivos” y así poner a cada quien en el lugar que se merece. Pero en todo lo que convenga a la mayoría hay que estar unidos. Por el bien de Honduras, por el bien de todos.