04/12/2025
11:37 AM

Qué pasa, por qué huir

Arturo Nolasco

Millones de personas salieron despavoridas en las últimas semanas buscando una red social o vía de comunicación donde no estén, desde el desconocimiento, amenazadas sus intimidades, “su vida privada” y sus datos personales; en definitiva el gran riesgo que corre cada ser humano y su peligro de quedar al desnudo luego que WhatsApp anunciara que compartirá datos de cada uno de sus usuarios con la red social Facebook.

La acción que comenzará a ejecutarse en mayo próximo es para comercializar WhatsApp y así generar ingresos vía esta plataforma, la cual por años ha “regalado” el servicio al planeta entero. Pero es aquí donde se vuelve interesante compartir cierta información que para la mayoría resulta irrelevante o poco trascendente.

Se sabe que estaríamos gastando al menos 200 litros de agua al descargar un tan solo gigabyte (GB) de datos en nuestros aparatos “inteligentes”, ¿y cómo puede ser eso?, pues según investigaciones, la razón se deriva al proceso inalterable de mantener los centros de almacenamiento de data refrigerados y ante la gran producción de energía que permite la operatividad de instalaciones de los grandes proveedores de Internet.

Pero así es un Mundo globalizado, donde la gente en su mayoría le ha dado la espalda al cambio climático y al efecto invernadero por estar cómodamente acostumbrados a resolver la vida desde un aparato inteligente; pero bien, eso solo amenaza la vida humana y su supervivencia, nada más, no la intimidad de cada persona, según ha interpretado la mayoría la decisión de WhatsApp, por ejemplo, entonces no tiene que ser relevante.

Para complementar, tras el estudio divulgado años atrás por investigadores del Imperial College de Londres, Reino Unido, los grandes como Facebook, Apple, Microsoft y Google, además de trasladar en algunos casos, sus centros de datos a los lugares más helados del planeta, vienen haciendo esfuerzos por volver más eficientes sus procesos y no consumir tanta agua para su sostenibilidad.

En Honduras, antes de llegar ese boom tecnológico, millones de los nuestros no se preocupaban por el riesgo que corría su intimidad, ni estaba tan arraigada esa cultura de la evasión o la huida permanente a lo ficticio, era más importante traducir a la realidad las grandes ideas que contribuyen a mejorar las condiciones de vida en nuestras comunidades; sí, a esos retos no se les temía, se les enfrentaba, nadie salía despavorido con tanta desesperación buscando salvar su intimidad.

La reflexión nace porque es impresionante ver cómo ha mutado nuestro comportamiento y formas de pensamiento, a tal grado que inconscientemente salimos huyendo por todo y de todo, da igual si los problemas son reales o el fantasma surge desde lo surreal.

En 1844 el filósofo alemán Karl Marx decía que “la religión es el opio del pueblo”… pero en Honduras cada dos o cuatro años se entra a una etapa de enajenación política, con la diferencia que por estos días resaltan más los aspirantes a elección popular con mayor cantidad de like o compartidos vía el mundo de las redes sociales y éste, desde mi perspectiva, sería uno de los verdaderos problemas del subdesarrollo, al menos entre catrachos, obviamente sin librar de responsabilidad a quienes por cien años, por ejemplo, vinieron hablando de un tren que catapultará el país a la competitividad regional para ser así una mejor nación.

A propósito, son 300 kilómetros de vías de tren las necesarias para unir la costa pacífica con la costa Atlántica hondureña, pero por cien años ha sido solo una idea fantástica que ha dormido el sueño de los 'justos', pues hoy y desde ya hace muchos años, ningún aspirante a gobernarnos habla que dentro de sus planes de desarrollo lleva proyectos como este, por ejemplo, pero sí nos hablan en este sagrado presente de lo abominable que sería el aborto entre hondureñas…

… y así sucesivamente se nos va la vida porque mientras los hondureños sigamos girando en la intimidad de las redes sociales, cuidando que WhatsApp no nos deje al descubierto y tolerando que el aborto sea un tema de suma importancia desde el Congreso Nacional, entonces también será relevante seguir compasivos y tristes ante los rostros dejados por cada caravana que ve en el tren de la migración la vía correcta para llegar a otra nación y ondear por todo lo alto y con orgullo una cinco estrellas que por siempre permanece marchita en territorio hondureño.