“El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños”. Eleanor Roosevelt. El sentimiento de vulnerabilidad y la incertidumbre han dejado como base a muchos el referirse al futuro, se grabó más el estado de conciencia de la inmediatez y la contundencia con la que pueden existir cambios inesperados.
Los años de la pandemia, un año de perplejidad, fue una magnitud que pensábamos que lo inmutable cambió y la fragilidad de lo fuerte se evidenció.
Qué tiempos son los que vienen y estaremos viviendo; este año es de acción, construcción y edificación, pero para otros es destrucción y muerte.
Cuál es la diferencia, una mujer expresó estas palabras: “Y se ríe de lo porvenir”, Proverbios 31:25 RVR60.
No ignoramos los problemas mundiales, pero debemos ser voz profética.
“Recuerden las cosas que hice en el pasado. ¡Pues solo yo soy Dios! Yo soy Dios, y no hay otro como yo. Solo yo puedo predecir el futuro antes que suceda, todos mis planes se cumplirán porque yo hago todo lo que deseo”: Isaías 46:9-10 NTV.
El espiral de eventos está descrito, las catástrofes, cambios climáticos, guerras, enfermedades y sumado a eso la decadencia de la moralidad, la degradación del pecado, la apostasía, el engaño de muchos.
“También debes saber esto que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Más los malos hombres y los engañadores”. 2 Timoteo 3:1,13 RVR60.
La erosión de la paz y la agitación mundial cuando un sinnúmero inesperado de personas desaparezcan de la Tierra, para muchos es un mito, se levantará un líder emergiendo como reviviendo el gran imperio Romano, el anticristo y firmará un convenio con la nación de Israel, lo cual iniciará la cuenta regresiva de los siete años profetizados por Dios, para la segunda venida de Cristo, pero antes viene el rapto el cual será en un abrir y cerrar de ojos. ¿Estás preparado?
