17/07/2025
03:51 PM

Lóbregos días

Estoy rodeado de gente que le encanta discutir y pelear. La ley se ha estancado y no hay justicia en los tribunales.

Sergio Banegas

Nuestra Honduras vive días oscuros, parece que las tinieblas han encontrado suficiente espacio en las bajezas provocadas por la absoluta falta de liderazgo íntegro y comprometido con el bien de la nación.

El Estado perdió todo sentido de ubicación, la brújula se distorsionó por completo en las pútridas y malolientes aguas estancadas de la corrupción; al parecer no hay límites para aquellos que se olvidaron del bien común y se concentraron en sus bolsillos.

Nuestros días son tristes y amargos ante tanta delincuencia que hace mostrar la incapacidad atroz de un Estado fallido que ya no sabe qué hacer, nuestros ciudadanos sobreviven día a día contra todo un sistema que no les ofrece las oportunidades de desarrollo y realización.

En estas frías y hondas circunstancias lo cotidiano es el abuso estatal por medio de sus fuerzas represoras que muestran energía desmedida contra la voces disidentes, lo habitual es la miseria que aprisiona descaradamente con hambre a nuestros niños, lo doloroso es ver la nostalgia que día a día muestran centenares de hondureños que deciden emigrar en busca de horizontes de paz y oportunidades.

La pobreza extrema que ya ronda el 67% de la población es una afrenta y deshonra que hiere nuestro porvenir hasta lo profundo de la conciencia nacional, es imposible la paz que tanto anhelan si hemos desechado y desterrado la más alta expresión de justicia.

En nuestro escenario adquieren sentido y relevancia actual las antiguas palabras del profeta cuando manifestó: “¿Tendré siempre que ver estas maldades? ¿Por qué debo mirar tanta miseria? Dondequiera que mire veo destrucción y violencia.

Estoy rodeado de gente que le encanta discutir y pelear. La ley se ha estancado y no hay justicia en los tribunales. Los perversos suman más que los justos, de manera que la justicia se ha corrompido”. Que alguien le cuente a Habacuc que su reclamo y descripción se ajustan perfectamente a la Honduras del ahora.