El mundo se debate en la búsqueda de líderes que puedan conducirle a niveles superiores. Ante la pregunta ¿un líder nace o se hace?, quiero decirle que todos somos llamados a ser líderes, porque fuimos creados a la imagen y semejanza de Dios.
Bíblicamente hablando, todos tenemos la capacidad, los dones y las habilidades. Un líder es aquel que tiene la habilidad y capacidad de influenciar y guiar a otros y llevarlos a su destino. Un verdadero líder puede ayudar a otros a cumplir su llamado, su propósito. Un líder no tiene nada que ver con él mismo, sino que tiene que ver con otros. Un líder realmente ayuda a otros a cumplir su propósito y les da herramientas para lograrlo. El líder es aquel que motiva con palabras de ánimo, es el que influencia, el que guía, el que dirige; el que tiene visión, que conoce y que tiene su identidad clara. Un líder es aquel que moviliza y que está en constante movimiento, es aquel que imparte y activa. Un líder es aquel que induce, que tiene una comunicación y lleva a la acción misma. Los líderes inspiran a otros para cumplir sus sueños. Quiero contarle del líder más grande de todos los tiempos, de quien se han escrito más libros que nunca, le han hecho más canciones que a nadie más. Él es nuestro líder, Jesucristo nuestro Señor, un líder que ha influenciado por la eternidad, por los siglos de los siglos. Los líderes tienen entre sus cualidades que son difíciles de juntar porque normalmente son águilas y las águilas solo vuelan en las alturas. Los líderes no andan en montones, hoy la gente anda: “como Vicente, donde va toda la gente”. Los líderes andan siempre solos y vuelan alto. Los líderes son difíciles de mantener, porque son personas en constante movimiento, son personas que van de un nivel a otro, que se salen de la barca y caminan sobre las aguas. Podemos decir que los líderes son personas que aprenden a trabajar en equipo, que saben que nadie se lleva la honra, nadie se lleva el honor, únicamente es trabajo en equipo. El único que se lleva la honra y la gloria es el líder máximo que se llama Jesucristo. Los líderes son difíciles de encontrar, por lo tanto, si encuentra un líder, valórelo. ¿Sabe por qué un día Jesús lo encontró a usted?, porque Él es el líder máximo, ¡valórelo y aprécielo!
Que Dios le guarde y le bendiga, tome la decisión de seguirlo y de aprender con Él los secretos del liderazgo positivo para que usted impacte en la vida de los demás conduciendo a su familia y a quienes están bajo su esfera de influencia a conquistar las alturas de sus sueños. Todo eso puede lograrlo siguiendo al inspirador más grande de la historia: Jesucristo quien es nuestro máximo líder.
