30/05/2023
08:59 PM

La lección de la nigua

Jibsam Melgares

Un agricultor alemán se estableció en Guatemala y prosperó. Luego de un tiempo decidió ir a visitar a su familia en Alemania. Así que ahorró el dinero suficiente y abordó un barco.

Luego de estar unos días en alta mar notó una pequeña infección en uno de los dedos de sus pies y se dio cuenta de que una pequeña especie de pulga tropical llamada nigua había puesto sus huevos debajo de su uña, y eso le causaba una picazón e inflamación terrible.

Él había escuchado que lo que se tenía que hacer para aliviar el problema era buscar una aguja, escarbar debajo de la uña y sacar la nigua. El procedimiento era aterrador pero efectivo. Pues bien, este agricultor alemán decidió hacerlo. Así que buscó una aguja y se sentó.

Luego pensó: “Mi tío y su familia en Hamburgo nunca han visto una nigua”. Así que se dijo a sí mismo: “La dejaré donde está, la preservaré y luego cuando llegue y la vean, entonces me la sacaré”. Para cuando llegó a Hamburgo, el dedo estaba hinchado y el dolor en el pie era inmisericorde.

Pero se la mostró al tío Otto, quien dijo: “Vaya, a la familia entera le encantaría ver esto”. Así que el hombre la dejó en el dedo hasta que toda la familia pudiera verla. Lo que pasó a continuación se puede intuir: la sangre se envenenó y el hombre murió. Esta historia nos puede dejar una gran lección. Muchas veces permitimos que algunas “niguas” se alojen en nuestro corazón y nos succionen la vida.

El odio y el rencor son algunas de ellas.Al dejar que estos sentimientos negativos crezcan en nuestro interior se genera un nivel de amargura tal que bien podría acarrearnos enfermedades y hasta la misma muerte. Por eso, este es el día en que puede decidir perdonar y buscar la reconciliación.

“No deje para mañana lo que puede hacer hoy” o, mejor dicho, “lo que debe hacer hoy”. No permita que sea muy tarde.