04/12/2025
01:16 PM

La eterna noche de luna de Moisés

Renán Martínez

Desde su infancia, cuando era arrullado con melodías de la radio, hasta su reciente partida a lo ignoto, Moisés Canelo no respiró más que música, aunque fue mucho más que un cantante por otras actividades que tuvo que realizar para sobrevivir en un ambiente en donde no se puede vivir solo del arte. Más que una “Noche de luna en La Ceiba”, en donde transcurrió parte de su niñez, su vida fue una larga canción que se sigue escuchando aún después de su deceso en Nueva York.

Entre las muchas emisoras que lo ponían a escuchar para entretener su infancia estaba Radio Cadena Habana, la cual se sintonizaba como local porque en aquella época no había tantas radios en el aire.

De allí vino su predilección por los boleros de Lucho Gatica, y la Sonora Matancera de Cuba. Además, su padre tocaba la guitarra y cantaba, por eso se le ocurrió, a temprana edad, que lo primero que debía hacer en la vida era cantar. La gente, al escucharlo por la radio, decía que cantaba como Joselito, “el ruiseñor de España”, quien estaba de moda por esa época, pero él se negaba a aceptarlo pues se consideraba “un indito rural, que estaba tratando de cantar”.

En los primeros meses de 1974 se fue a México con el objetivo de hacer algo más serio que presentarse en espectáculos populares. Sus primeros pasos allí fueron un desastre porque no tenía mentor ni representante que lo condujera, hacía lo que su intuición le decía y muchas veces se equivocaba.

Eso no quiere decir que le fue mal del todo porque luego tuvo el apoyo de Horacio Cadalso, autor de conocidas melodías como “Si tienes que partir”.

Por ese tiempo participó en el Festival OTI de Acapulco con la canción “Río Viejo, viejo amigo”, con la que ganó un modesto séptimo lugar para Honduras. En ese evento conoció a José José con quien trabó una entrañable amistad, aunque al principio el “Príncipe de la Canción” no era muy accesible porque se encontraba encumbrado por la fama. Fue meses después que se hicieron tan amigos que Moisés le dio albergue en su apartamento cuando el cantante mexicano estaba pasando una etapa difícil a causa de su alcoholismo.

Aunque Moisés Canelo logró convertirse en el más admirado cantante hondureño, no pudo vivir solamente de su privilegiada voz. Tuvo que hacer pequeños negocios para ajustar sus ingresos pues las regalías por sus discos se redujeron ostensiblemente a raíz de la piratería que afecta los bolsillos de intérpretes y compositores.