Las agencias espaciales de Estados Unidos (Nasa) y de Rusia (Roscosmos) difundieron comunicados en los que separaban el conflicto armado de la cooperación espacial. La Nasa y Roscosmos aseveran que la invasión de Rusia a Ucrania no la afecta, de momento.
A bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI) se encuentran los rusos Anton Shkaplerov y Pyotr Dubrov, los estadounidenses Raja Chari, Thomas Marshburn y Kayla Barron, y el alemán Matthias Maurer.
Ante las sanciones, el director de Roscosmos, Dmitri Rogozin, acusó por Twitter a Washington de querer “destruir” la cooperación en torno a la EEI. Sin Rusia “¿quién salvará a la EEI de una salida de órbita descontrolada y de caer sobre Estados Unidos o Europa?”, preguntó.
En la actualidad, la EEI depende de un sistema de propulsión ruso para mantener su órbita, a unos 400 kilómetros de la Tierra, mientras que el segmento estadounidense es responsable de la electricidad y los sistemas de soporte vital.
El jefe de SpaceX, Elon Musk, respondió al tuit publicando una imagen que mostraba el logotipo de su empresa. Después de las sanciones europeas a Rusia, Roscosmos anunció la suspensión de sus lanzamientos desde la base espacial de Kurú, en la Guayana Francesa.
Las naves Soyuz han sido vitales para transportar personal a la EEI, especialmente desde la cancelación de los transbordadores espaciales en 2011. Retirarse del programa de la EEI dejaría a Rusia sin un programa espacial tripulado. La estación espacial Tiangong, aún está en construcción.
Actualmente, el comandante de la Expedición 66 en la EEI es el ruso Anton Shkaplerov, hasta el próximo 30 de marzo, cuando regresará a la Tierra. En la Tierra y en el espacio está presente la amenaza rusa.