11/12/2025
03:24 PM

¿Inconforme o disconforme?

El narrador deportivo Ricardo Caballero tiene la inquietud sobre eso de “corte comercial” que a manera de comodín repiten los periodistas y locutores de radio y televisión cuando dejan espacios de sus programas para dar paso a la publicidad. Corte es la sección por donde ha sido cortada una pieza de carne, madera, etc: un corte de tocino, un corte de 45 grados; también, entre otras acepciones, es la acción y efecto de cortar: me hice un corte en el dedo. También se aplica el término corte a las interrupciones especialmente de los servicios públicos (agua, energía eléctrica, teléfono, Internet). La palabra “corte” tiene además homógrafos: población donde habitualmente reside el soberano en las monarquías. //La familia del rey// Tribunal de justicia. Siendo así, sería extraño y hasta peyorativo decir: “vamos a una interrupción comercial”; lo más adecuado es “pausa comercial”, “vamos a comerciales, anuncios”.

Un lector afirma que no es de su competencia asistir a la competencia; es decir, no es de su incumbencia estar en esa disputa. En el primer caso se habla de “competer” y en el segundo se trata de “competir”; ambas formas vienen del latín competere. Competir alude a dos o más personas que contienden entre sí, aspirando unas y otras con empeño a una misma cosa: “Bachelet y Mathei compiten por la Presidencia de Chile”. Pero competer es incumbir, corresponder, atañer, concernir a uno alguna cosa, ser de su responsabilidad: “Corregir notas periodísticas son tareas que les competen a los correctores de estilo del diario”, es decir, trabajos que solo atañen a esos profesionales de la lengua. Competer y competir son verbos intransitivos y además tienen diferente conjugación: “Tú compites por el primer lugar”, “Tú le competes a otro departamento”. “Juan compitió conmigo”, “El caso de Juan competió a otro juzgado”.

Chile y Honduras se están moviendo en un ambiente electoral y en su vocabulario se habla de votos, mesas, sufragios, comicios, cierres de campaña, conteos. Las autoridades encargadas de Honduras han anunciado que el domingo 24 de noviembre a las siete de la noche ya tendrán el primer “conteo”. Un conteo es valoración, cálculo, pero no una cuenta; aunque en el español de América tiene el equivalente de “cuenta”, lo preferible es recuento, cómputo de votos e incluso cuenta. “El Tribunal Superior Electoral quedó inconforme con el accionar del Registro Nacional de las Personas, las Fuerzas Armadas, Ministerio de Educación y la Policía”, esta entradilla apareció en un periódico y para el lector común no tiene nada de extraño en cuanto al contenido semántico; pero las personas de gramática exquisita sí notarán algo que falsea la significación conceptual de tan enojada expresión. Cuando se habla de “inconforme” se hace referencia a la persona, o grupo de personas, que mantiene una actitud contraria, hostil a lo establecido en el orden moral, político, social, estético, artístico. Aunque disconforme e inconforme son sinónimos relativos, se aclara que “disconforme” es la diferencia que marca un individuo sobre unas cosas con otras en cuanto a su esencia: “Está disconforme con los resultados de sus exámenes clínicos”. De ahí que en estos últimos años ha surgido el movimiento político y social “Inconformes” y nadie se ha referido a esta gente como “Disconformes”. Por consiguiente, la nota de entrada en este comentario tuvo que haber sido “El Tribunal Superior Electoral quedó disconforme con el accionar del Registro Nacional de las Personas, las Fuerzas Armadas, Ministerio de Educación y la Policía”.