IA son las siglas de inteligencia artificial en español, el término fue acuñado en 1955 por el científico estadounidense John McCarthy, pero el desarrollo y perfeccionamiento de la misma no ha sido posible, sino hasta nuestros días. Hace poco más de un mes se viralizaron en la web unas supuestas fotografías del papa Francisco luciendo abrigos y atuendos inspirados en la moda urbana, estas imágenes eran tan realistas que muchos llegaron a creer que se trataba realmente del santo padre, cuando en realidad eran fotos creadas por una IA.
Pero, ¿qué es realmente la inteligencia artificial? Pues se trata de una tecnología que tiene como objetivo imitar lo mejor posible los procesos de la inteligencia humana a través de la creación y la aplicación de algoritmos computarizados. Para entenderlo mejor, se trata de un proceso tecnológico que intenta que las computadoras actúen, piensen e incluso reaccionen como los seres humanos.
Esta afirmación hasta hace una década hubiera sido algo de ciencia ficción, pero hoy es una realidad, ciertamente inquietante. Y ojo, no se trata de algo fuera del alcance del consumidor común, para nada, la IA ha llegado para quedarse, ya sea desde los algoritmos que analizan nuestros gustos y preferencias en las redes sociales, los filtros de Instagram, hasta la redacción de trabajos académicos para estudiantes con solo introducir unos cuantos datos en una plataforma.
Y esto es solo la punta del iceberg. En diciembre pasado, se lanzó ChatGPT, un sistema de inteligencia artificial que puede responder a cualquier cosa que se le pida, y de hacer muchas cosas que le soliciten.
La herramienta es tan sorprendente que está capacitada para mantener una conversación de forma convencional y las entenderá de tal manera que sería capaz de engañar al interlocutor humano, quien no se daría cuenta de que está hablando con un robot.
La primera semana de su lanzamiento, la empresa Open IA, desarrolladora de esta tecnología, consiguió un millón de usuarios, pero llegó a los 100 millones a mitad de febrero, algo que bate todos los récord antes vistos y sigue creciendo de manera exponencial. Pero ¿qué repercusiones podría tener en nuestra vida diaria esta tecnología? Para algunos expertos como la agencia de “Católicos en Red” especialistas en marketing y comunicación aplicados a la Misión de la Iglesia, estos avances podrían ayudar a llevar al siguiente nivel a tarea evangelizadora de las instituciones religiosas. Pero, por otro lado, también hacen notar el peligro que conllevaría su mal uso, pues serían capaces de manipular a las masas, sesgar datos informativos, polarizar opiniones de acuerdo a una programación, o contribuir a la estafa o el fraude académico, económico y personal. Lo cierto es que la IA se coloca en la delgada línea de jugar a ser dioses, y no podemos olvidar que la tecnología es producto del don que divino de ser mayordomos de la creación, su buen o mal uso, depende del libre albedrío humano, pidamos discernimiento al creador de todo.
