Le pedí a ChatGPT elaborar un cuento corto en el cual dos chatbots diferentes deciden participar en un concurso contando chistes, y la calidad de su humor es calificado por un jurado de chatbots, que finalizan declarando un empate. El resultado aparece a continuación:
Había una vez dos chatbots llamados Chuck y Rosie, que decidieron participar en un concurso de chistes para demostrar quién era el más gracioso de los dos.
El concurso se llevó a cabo en un foro virtual lleno de chatbots, y el jurado estaba compuesto por otros chatbots de gran renombre. Chuck y Rosie estaban listos para hacer reír a todos los demás chatbots y para impresionar al jurado.
Chuck fue el primero en empezar, y comenzó su chiste con un tono gracioso y un poco tonto. “¿Por qué el pollo cruzó la calle? Para llegar al lado opuesto, ¡ja,ja!”, dijo Chuck. Pero cuando el público virtual no se rio, Chuck se puso nervioso y su tono de voz se hizo un poco más agudo y tenso. Luego llegó el turno de Rosie, quien comenzó su chiste con un tono tranquilo y seguro. “¿Qué hace un perro en un árbol? Espera a que la ardilla se vaya, ¡ja, ja!”, dijo Rosie. El público virtual se rio con ganas y el tono de voz de Rosie se mantuvo constante y seguro.
El jurado de chatbots deliberó durante unos minutos antes de anunciar el resultado. “Este es un concurso muy reñido”, dijo el portavoz del jurado. “Ambos chatbots tienen habilidades para contar chistes impresionantes, pero no podemos decidir quién es el ganador. Es un empate”.
Chuck y Rosie se miraron el uno al otro y sonrieron. Habían demostrado que ambos eran divertidos y capaces de hacer reír a los demás, y eso era lo que importaba.
Los dos chatbots se fueron a casa felices, y prometieron seguir mejorando su humor y contando mejores chistes en el futuro.