20/12/2025
10:46 AM

Historia de la economía colonial en Honduras

Roldán Duarte Maradiaga

Va a circular, muy pronto, en Honduras y Centroamérica un interesante libro escrito por el hondureño Luis Alberto Fuentes Mejía, Doctor egresado de la Universidad de Ciencias Económicas de Budapest, Asesor del Banco Centroamericano de Integración Económica, luego Asesor del Instituto Nacional Agrario y docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, primero en San Pedro Sula y luego en Tegucigalpa. Se trata del libro “Esbozo económico de la Honduras colonial (1520-880)”.

Este libro de Luis es fundamental para entender el desarrollo económico de nuestro país hasta nuestros días. Luis consultó casi un centenar de lo poco que se ha investigado y escrito sobre este tema, hurgó bibliotecas, acudió al internet y realizó muchísimas entrevistas para resolver las dificultades que presentaba la investigación.

Luis abunda y va hasta el período de la Reforma impulsada por los intelectuales Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa, formados en la Universidad de San Carlos de Guatemala y participantes, como ministros, en la Reforma positivista guatemalteca impulsada por Justo Rufino Barrios fallecido en combate, cuando luchaba por reestablecer la Federación mediante las armas.

Soto y Rosa trajeron las ideas reformadoras y aspiraban a enderezar al país por el camino de desarrollo capitalista, en esos años, mediante el impulso de la minería y el cultivo del café. Este cultivo pretendía introducir cambios trascendentales en el campo con la entrega de tierras a quienes se propusieran iniciar cafetales que traerían mejoras también para los campesinos de Honduras y se aspiraba a convertir al café en uno de los rubros más importantes para la exportación.

El libro comienza con el estudio económico de las transformaciones introducidas violentamente por la conquista y el sometimiento de las tribus indígenas a los mandatos de los jefes militares españoles quienes transformaron las relaciones económicas que imperaban en la época de la preconquista. Luis anota que los españoles que se establecieron en Centro América no eran, necesariamente, personajes que traerían fortuna para la inversión, razón por la cual el país no pasó de ser una sociedad atrasada, casi feudal, en donde hubo la necesidad de introducir la esclavitud mediante la importación de africanos frente al exterminio de los aborígenes que se resistieron a la conquista y que posteriormente también ofrecieron alguna resistencia al trabajo casi esclavo que impusieron los comendadores y terratenientes.

La producción hondureña se reducía a la producción de maíz y frijoles como granos de subsistencia, al mismo tiempo que los comendadores y terratenientes se dedicaban al cultivo del añil y a la producción ganadera en haciendas de muy poca monta y a la extracción de madera de pino y de caoba y cedro.

El desarrollo urbano de Honduras fue muy pobre, pues alcanzó auge a partir de la segunda mitad del siglo pasado con las migraciones del campo a la ciudad, que cambiaron, hasta revertirlo, el índice de ruralidad. Durante la Colonia, las ciudades hondureñas eran sumamente pequeñas, la Tegucigalpa que describe Ramón Antonio Vallejo en su Anuario Estadístico, cuando ya era capital, apenas tenía tres avenidas y cinco a seis calles. Comayagua no pasaba de ser un pueblón aletargado por los insufribles rayos solares.

Los presupuestos de las provincias eran sumamente pobres. Tan es así que cuando Centroamérica se anexa arbitrariamente a México no tenía los fondos suficientes para mantener las tropas mexicanas que Iturbide había enviado para someter a la rebelde San Salvador.

Luis señala que Honduras no progresó hacia el establecimiento de un mercado interno integrado a nivel nacional, situación que permitió la subsistencia de grandes áreas rurales que apenas sobrevivían en la miseria. Durante la Capitanía General, el comercio centroamericano era dominado por la familia Aycinena que tenía en su seno a un Marqués. Los Aycinenas, en Guatemala, compraban a los demás países centroamericanos su producción agrícola, forestal y minera a precios muy bajos, pero los revendían en España a precios muy superiores, razón que les llevó al enriquecimiento y al dominio de la economía del Istmo.

Ese dominio injusto de los Aycinena provocó la desintegración de la Capitanía General y de la Federación. Unos días antes del 15 de setiembre varias provincias se habían adherido a México para zafarse de los Aycinenas y mas tarde fracturaron la Federación para evitar ese dominio.

La lectura de este libro abrirá nuevas visiones a la historia de Honduras que Rafael Heliodoro Valle dijo se podía reunir en una lágrima.