“Debemos aceptar la desilusión finita, pero nunca perder la esperanza infinita”: Martin Luther King. Toda pérdida de la esperanza en alcanzar algo o la ilusión al saber que algo o alguien no es lo que creías es la expresión de una desilusión. Según los estudios científicos se ha comprobado que las desilusiones afectan la salud emocional y física; pero esto puede llevarle a la suma de tristeza más profunda o aprender la lección y seguir adelante, es una realidad como la moneda de dos caras: la expectativa y la realidad; todos en esta vida hemos sido desilusionados y enojados porque al final cada quien se pregunta y dice me vieron la cara.
Es difícil evitarlo, pero lo más importante es la reacción ante estas situaciones; la desilusión de creer que en determinado tiempo debo recibir la respuesta al ideal, vivimos en una sociedad donde las necesidades son repentinas, las cuales nos llevan a reconocer que la vida es una carrera de resistencia y no de velocidad, es fundamental saber hacia dónde damos dirección a nuestra vida.
Muchas personas se sienten inseguras, enojadas, traicionadas y dolidas, es allí donde el corazón se endurece, dicen que no vuelven a confiar en nadie y les hacen sentir solos, abandonados y frustrados.
Para evitar más desilusiones siempre se decide alejar, pero es temporal, lo más trascendental es reconocer que nadie es perfecto ni son iguales a usted, estar claros que se enfrentarán situaciones difíciles, ser tolerantes y flexibles y sacar lo bueno de lo malo.
No permita que miles de preguntas quieran anular su valiosa respuesta en amor; la pureza e inocencia es la fragancia de la conciencia que lo que usted hizo lo validó su entrega y sacrificio, no es tiempo de rendirse, es de avanzar sin desmayar.
“Mi mandato es: ¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes. Porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas”: Josué 1:9 NTV.