La generación eléctrica a través de la fuerza de la marea del océano (mareomotriz) utiliza el movimiento del agua del mar para mover turbinas generadoras de energía eléctrica. Esta tecnología va en desarrollo y va teniendo más aceptación al reducirse los costos y mejorando su versatilidad.
Está la planta de La Rance (Bretaña, Francia), que opera desde 1966 y tiene una capacidad máxima de 240MW (produciendo 600 GWh anuales). La barrera mide 750m y la laguna tiene 22 km2.
Sin embargo, tiene sus desafíos: la construcción de infraestructuras mareomotrices puede ser muy costosa y requiere una inversión inicial considerable. La alteración de los ecosistemas marinos y costeros podría ser significativa, ya que las presas pueden afectar las especies locales y la calidad del agua. Y no todas las regiones tienen mareas lo suficientemente fuertes o apropiadas para la generación.
En el caso de Honduras, el océano Pacífico cuenta con mareas suficientes para ser consideradas como fuente motriz. Lo ideal es la existencia de una laguna de captación que se llena con el agua de marea, con un ingreso estrecho. Esto hace que una enorme cantidad de agua fluya con fuerza por este punto. La cantidad de agua que pasa por el punto depende del tamaño de la laguna y el alto de la marea.
Por medio de bermas se obliga al agua a pasar por las turbinas.
La Bahía de Chismuyo, en el departamento de Valle, tiene aproximadamente 45 km2 (más del doble de La Rance), aunque con una fracción de la marea (5.5 m vs. 16 m). Con los avances en eficiencia de generadores se podría hacer equivalente la capacidad de generación.
Habría que considerar los elementos ambientales y económicos de la zona para ver la factibilidad (no necesariamente es posible, pero merece análisis). El paso de barcos pesqueros y el potencial turístico de la zona también se pueden incluir en un posible proyecto. La naturaleza de este proyecto requeriría que esté la fuerza estatal (contratando la construcción).