Otra vez sucedió. Una joven de 14 años murió asesinada en el estadio luego de un partido de fútbol de la liga “cinco estrellas”. Por qué se llama asesinato, no un “evento deplorable” como lo quieren minimizar los directivos de equipos y medios periodísticos.
Una familia quedó destrozada por la violencia sin sentido tan frecuente en esos “espectáculos”. Y lo peor es qué pasó como si no hubiera pasado.
Se quedaron callados los indicados de dar una explicación. Mudos, sordos, impávidos. La pérdida de esa preciosa vida humana, las circunstancias de su muerte, pasaron desapercibidas.
El nivel de violencia en la humanidad actual ha sobrepasado su nivel de comprensión. Forma parte del día a día. No nos inmuta. La guerra de Ucrania es una muestra de ello.
Una guerra en estos tiempos cuando creíamos que esas barbaries habían quedado en el pasado. Que habíamos aprendido la lección. Hay un nuevo ser humano que no tiene que ver nada con aquello de “creado a imagen y semejanza de Dios”.
Muy lejos de eso. En el ámbito del fútbol la violencia está estandarizada. Desde directivos, entrenadores, jugadores y barras. Los insultos, los golpes, y la sangre forman parte del espectáculo. Ya deberían incluir en las estadísticas del partido cuantos muertos hubieron en la jornada.
Deportivismo se entiende como el comportamiento correcto y amistoso en el deporte. Aquí no es así, es pleito. Hay aficionados genuinos, pero es un hecho que algunos resentidos sociales se aprovechan los partidos para ir a desatar su furia y rencor, como si los demás fueran culpables de sus desgracias.
Los directivos de la Liga Nacional y dueños de equipos deben reconocer y aceptar su responsabilidad. La seguridad del aficionado debe estar antes que sus intereses. Lastimosamente el deporte rey ahora es un juego peligroso. Tanto así que cuando compras un boleto para ir al estadio hay una mínima posibilidad que te mate un desconocido allí sin motivo alguno.
El fútbol es pasión, no muerte. Tal vez sería una buena medida cancelar toda actividad deportiva de esta índole por unos 5 años. Cerrar los estadios, parar el fútbol. Pero Don dinero no lo permitiría. Nunca.
Keiry fue asesinada por la estúpida y absurda rivalidad entre las barras. Cuantas muertes más se requieren?. Qué nivel de tragedia tiene que suceder?. Ella tenía 14 años, soñaba con ser azafata, pero le quitaron la vida en un partido de fútbol y nadie tuvo la decencia de dar la cara. Nadie tuvo el valor de disculparse. Aquí a nadie le importa nada.