16/12/2025
01:40 PM

Deliciosos bocaditos

Salomón Melgares Jr.

Usando lenguaje figurado, el autor del libro de Proverbios describe las palabras de un chisme como “bocados suaves” que “penetran hasta las entrañas” (18:8).

Como lo planteaba un autor, la frase específica “bocados suaves” podría traducirse perfectamente como “cosas devoradas con avidez”, es decir, un delicioso manjar. En ese sentido, a nosotros nos encanta escuchar y pasar chismes porque es sabroso y agradable. Una traducción de la Biblia lo plantea así: los chismes “son deliciosos bocaditos que penetran en lo profundo del corazón” (NTV).

Por eso un autor decía que al igual que los alimentos ingeridos en nuestros órganos internos, el chisme se asimila fácilmente en nuestros pensamientos más íntimos. De ahí que los chismes sean fácilmente retenidos y recordados.

Qué bien que todo esto se quedara ahí, pero no es así, querido lector. El chisme es altamente perjudicial. La versión en lenguaje actual de la Biblia traduce así el proverbio en cuestión: “¡Qué sabrosos son los chismes, pero cuánto daño causan!”.

Consciente de ello (en especial, del daño que hacen los chismes a las relaciones), el autor del libro de Proverbios advierte: “El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los amigos” (16:28, NVI). Y todavía: “El fuego se apaga si no se le echa más leña, y el pleito se acaba si no siguen los chismes (26:20, TLA). Debido a que el chismoso “descubre el secreto”, somos igualmente advertidos a “no entremeternos, pues, con el suelto de lengua” (20:19).

Por eso alguien escribía acertadamente que “la persona que te chismea, probablemente chismorreará sobre ti”.La pregunta es: ¿qué de nosotros? Si en nuestro interior reconocemos que le hemos estado dando lugar al chisme, espero que estas palabras del orador Steve Maraboli sirvan de reflexión: “¿Cómo sería su vida si se alejara de los chismes y la difamación verbal? Que hoy sea el día... Hable solo lo bueno que conoce de otras personas y aliente a otros a hacer lo mismo”.