Este fin de semana anterior la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH) organizó y desarrolló una extraordinaria jornada de liderazgo en la cual se compartieron de diversos tópicos de este componente tan importante para cualquier persona en cualquier escenario profesional.
Fui asistente a ese magno evento y como ciudadano responsable no debo quedarme con lo aprendido sino más bien compartirlo como insumo de conocimiento para todos aquellos que estén en posiciones de influencia hacia otras personas.
Se definió el liderazgo como la capacidad de hacer que las personas hagan de buen agrado las cosas que normalmente no quieren hacer. Esa influencia es un arte, no es algo para lo cual existan atajos o varitas mágicas, sino más bien procesos de aprendizaje y compromiso.
En ese contexto el líder requiere desarrollar micro habilidades como aprender a escuchar, caminar en la senda de la excelencia, verse al espejo y ser capaz de observar hacia dentro de sus propios aprendizajes y creencias; en otras palabras, ser auto analítico para corregir los errores.
Ese líder debe convertirse en un imán que sea capaz de ser atractivo a quienes le rodean, para ello es menester que la credibilidad sea inherente en la vida del líder: que exista plena consonancia entre lo que piensa, dice, y hace. En ese proceso el líder debe buscar conocimiento, entrenamiento, pero sobretodo tener la actitud adecuada para liderar por medio de la inteligencia emocional.
De esa manera el líder no transmitirá miedo, sino respeto y admiración, ello es tan importante pues solo cuando el líder es capaz de trabajar de manera sinérgica en equipo, se adapta al cambio, muestra resiliencia, solo entonces comienza a emerger para aportar soluciones sabias a través de sus habilidades, conocimiento, pero sobretodo de su actitud.
Es por ello que el líder debe mostrar una autoestima sana ya que cada nueva etapa en su vida demandara una nueva versión de sí mismo; también debe ser capaz de auto gestionar sus motivaciones; tener un poderoso impulso a la acción, y de esa manera propiciar los cambios en los entornos donde influye.
Hoy es el tiempo que su liderazgo se encienda y alumbre en la oscuridad del caos y de la anarquía, ánimos que su mundo necesita de su influencia de excelencia.